Mimí Spicher es una periodista de oficio, como se define en su propio perfil, que trabaja desde hace años en la radio y en la televisión cordobesa. Utiliza sus redes sociales para mostrar su trabajo (de manera moderada) y su vida personal, pero no tiene el tiempo para ponerle toda la energía a sus redes como unidad de negocio.
InfoNegocios: ¿Cuándo fue el momento en el que viste que tus redes eran una posibilidad para trabajar y explotar?
Mimí Spicher: El nombre de instagramer me resulta raro, porque no trabajo mis redes yo, a veces pienso que me serviría o debería ponerle más, pero como trabajo muchas horas en tele y radio, que es lo que me ha dado la mayoría de los seguidores que tengo, no tengo ese tiempo de dedicarme solo a las redes.
Me di cuenta en un programa que tenía a la noche que me crecían mucho los seguidores y mi forma de mostrar lo que hacía día a día, le gustaba a la gente. Por eso hay por ahí un conflicto con los canjes o las acciones pagas, porque pierde naturalidad. Yo siento que el instagramer ya es un vendedor y vos cada vez que entrás te van a vender algo. En cambio en mi red, es el perfil de una periodista, de una comunicadora, una persona común y corriente, ni siquiera muestro mucho de mi trabajo periodístico, es más mi vida.
Cada tanto por supuesto tengo trabajos, elijo trabajos a largo plazo. El del día a día ya no lo hago porque no tengo tiempo y empezaba a no cumplir como corresponde y me ponía mal, entonces directamente agarro a largo plazo, con convenios a 3 meses, 6 meses, un año, todo con empresas a largo plazo.
IN: ¿Qué mirás en las marcas? ¿Que encajen con vos?
MS: Sí, tienen que encajar. Me han propuesto marcas de cerveza, y por más que tomo, no quiero andar todo el tiempo mostrando que tomo. Pero tengo un vino, una bodega que me sirve, me paga, tengo un convenio, entonces subo 3 historias por mes como mucho, no es que ando tomando vino todo el día. Tiene que ser algo que yo compre. Ni siquiera ropa que no usaría, no la puedo mostrar.
Al principio era decir todo que sí, pero no comprendía que no me servía. Me la pasaba atosigando a mis seguidores con canjes de cosas que no me servían y con las que no pagaba el alquiler, no pagaba mi vida y no hacía dinero. Entonces empecé a darle importancia a lo que muestro en Instagram.
IN: ¿Trabajas sola?
MS: Sí, sola. A veces me dan ganas de delegar pero es difícil que alguien pueda tomar la posta por vos. Apenas tengo 30.000 seguidores y no es lo mismo que cuando tenés una cantidad imposible. Yo puedo responder los mensajes, a veces me tomo mi tiempo pero tengo feedback directo con los seguidores. Han cambiado mucho las comunidades de un tiempo a esta parte, tengo un rango etario bien definido, hombres y mujeres por igual. También he generado mucha empatía con las mujeres, porque me gusta y en un momento lo decidí.
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