Exequiel Kantor (cordobés) y Nicolás Senerman (chileno) viven en Israel. Allá se conocieron y allí gestaron esta app con la que apuntan a profesionales con inserción digital e influencers.
Pero… ¡primero lo primero! (para entender la génesis de la plataforma)
La idea surgió cuando ambos se encontraron en un país nuevo, con idioma y cultura diferentes a la de sus lugares natales. Como nuevos inmigrantes consultaban a los ciudadanos u otros inmigrantes, para que los orientaran y lograran insertarse en la ciudad. “Desde los trámites bancarios, hasta sacar un turno para ir al médico, todo era complicado y la mayoría que consultaba estaban ocupados, o cansados de responder siempre lo mismo. Pensé que sería bueno que supieran que estaba dispuesto a pagar para que me respondan, para que me ayuden a resolver”, recuerda Senerman.
¿Cómo funciona la plataforma? Pongamos por caso que una persona necesita contactar con un abogado para consultar sobre determinado aspecto. Busca al que más le convence e incluso al más famoso del momento, lo puede encontrar en LinkedIn o su website. “Lo único necesario es que el profesional ponga su contacto de Dooiu y de ese modo la llamada puede ser espontánea, o se puede agendar”, explica Kantor.
La interfaz es muy simple, similar a la de Whatsapp o Telegram. “Solo que menos mensajes de texto y más enfocada en las llamadas. Con pago integrado y donde el prestador del servicio decide cuántos minutos gratis va a dar y cuánto va a cobrar a partir de que se acaben los gratuitos”, aclara Nicolás. El modelo de negocios se apalanca sobre el cobro de un porcentaje de las transacciones, cuyo precio varía en función de quien la ofrece. “Cada profesional o influencer cobra lo que le parece. Hay quienes establecen un determinado tiempo gratis y después empieza a cobrar. La aplicación se puede configurar como mejor les parece”, describe Kantor. “Ahora estamos incorporando a la app una alternativa, a través de inteligencia artificial y machine learning, para que oriente a las personas acerca de cuánto cobrar”, señala Nicolás.
Sus fundadores sostienen que es “fácilmente escalable” y esa característica es la que genera confianza en los inversores.
La energía está focalizada en armar su propio equipo “in house”, sin gente tercerizada. “Es lo necesario para un proyecto de esta envergadura”, dicen.
Actualmente tienen como aceleradora e inversionista a Incutex en la Argentina y a Bizlab en Israel. Entre sus advisors están León Molina (Siglo 21) y Luciano Nicora (Endeavor), este último también como inversionista.
Dooiu está próxima a lanzar una ronda de financiamiento (seed) con la que buscan reunir unos US$ 2.5 millones para lanzar en cuatro meses, una versión beta, pero abierta al mercado.
“En cinco años imaginamos ser la app más popular entre los profesionales digitalizados e influencers”, concluyen.
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