Para que este futuro sea un horizonte cercano es importante interiorizarnos en el tema y visibilizar este sector que está tan latente en el mundo. Natalia Curcio definió a los bioinsumos como “productos que se formulan con insumos biológicos (extractos naturales, microorganismos, macroorganismos) y se aplican para promover el crecimiento de las plantas, mejorar los suelos y para tratamiento de plagas y enfermedades”. Es un producto que viniendo de la naturaleza da un efecto positivo y beneficioso a quien lo manipula, al ambiente y al producto que se obtiene.
¿Qué es CABIO y qué hace?
Además de dar visibilidad al sector, CABIO (nace en 2017) tiene entre otros de sus objetivos posicionar al sector de la producción, investigación y desarrollo de bioinsumos como aporte fundamental para el desarrollo de una agricultura eficiente y sustentable. Al mismo tiempo, desde CABIO se trabaja permanentemente en la representación del sector ante los organismos públicos, en capacitaciones internas a los socios que la conforman y se cuenta con un programa de capacitación a los actores del sector: productores, asociaciones de productores, mercados, estudiantes. Actualmente se está desarrollando una cátedra de Bioinsumos para ser aplicada en las universidades, escuelas agrotécnicas, etc.
Los socios que la conforman son empresarios que se destacan por su labor en el sector y que actualmente están trabajando en pos de la elaboración y aprobación de la ley.
Entre otras de las acciones, cabe destacar la participación de la Cámara en los ámbitos internacionales de discusión y generación de conocimiento como la “Bio protección global”.
El camino hacia la ley
Actualmente la ley de bioinsumos agrícolas se encuentra en “la etapa de sensibilización a legisladores y redacción de la propuesta, involucrando a la mayor cantidad de actores, formulando consultas, relevando expectativas y alcance de la misma”, aseguró Natalia Curcio.
La ley es un proyecto que se presentará como una alternativa a los esquemas actuales. La directora de la Cámara explica que deberán convivir ambas tecnologías en el sistema y que la propuesta es la promoción para que se usen en mayor proporción. Esto implica un cambio que requiere la articulación público-privada.
Con respecto al sector público, Roberto Rapela, presidente de la Cámara Argentina de Bioinsumos, se manifiesta por la necesidad de un cambio desde el sector político que dé lugar a estos productos.
“Desde el gobierno se puede dar a conocer e impulsar productos amigables con el medio ambiente, bajando los gases efecto invernadero y produciendo en forma sustentable y sostenible”, resume Rapela en diálogo con InfoNegocios.
Además, Rapela expresa la necesidad de crear un sector específico para bioinsumos ya que hoy se encuentran incluidos dentro de la categoría de agroquímicos, y Jimena Sabor, directora de Síntesis Biológica, remarca la importancia de fortalecer el SENASA, dotándolo de personal capacitado y herramientas de trabajo. Al mismo tiempo el presidente de la Cámara resalta el apoyo recibido del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) desde que se inició el proceso de elaboración de la ley.
El desafío económico, ambiental y social es incorporar estas nuevas prácticas y aquí los consumidores se posicionan como los protagonistas. “Los consumidores están más informados, creo que han dejado de ser espectadores para convertirse en actores fuertemente calificados al momento de elegir”, rescata la directora técnica de CABIO.
La ley es una necesidad imperiosa para el sector y Jimena Sabor opinó al respecto: “El marco legal y la promoción industrial del sector nos beneficiará, no solo con el ingreso de divisas, sino con la generación de fuentes de trabajo: desde obreros y profesionales del área biológica o agronómica y hasta áreas contables, financieras, comunicación, etc”. Sabor además destacó la grandeza y amplitud de la producción agrícola en Argentina, lo que posibilita el ensayo a campo de los bioinsumos en una gama infinita de cultivos, y agregó que esto es una oportunidad para la Argentina, para posicionarse como el “Bio-Granero del Mundo”, con la posibilidad de exportar tanto productos como tecnología biológica para aplicación en agricultura.
Los bioinsumos en el mundo
El panorama mundial muestra un gran avance en la implementación de bioinsumos y avizora un futuro prometedor. Esto se debe no solo por la rentabilidad que genera a nivel medioambiental sino también porque el mercado internacional los necesita cada día más y por ser la alternativa que buscan los sistemas sostenibles de producción, explicó Natalia.
En América Latina, Brasil se destaca por entrar en la bioeconomía. El país vecino, se alinea hacia la innovación y acusa un aumento de los registros con base biológica. Luego se encuentran Colombia, México y Cuba como los países latinoamericanos con mayor presencia de estos bioinsumos.
Mientras Estados Unidos, se posiciona como el principal protagonista en el mercado mundial de bioinsumos, en el segundo lugar se encuentra Europa.
La otra cara de la pandemia
“La pandemia permitió la revisión de situaciones existentes y ha situado a las personas en la búsqueda de mayor información para consolidar su mapa conceptual con respecto a los bioinsumos”.
La nueva normalidad llegó con nuevos hábitos, y es una oportunidad a favor de las tecnologías ya que significa repensar los esquemas establecidos. La nueva normalidad, causada por el virus COVID-19, presenta múltiples escenarios, entre ellos la búsqueda de la sostenibilidad de los ambientes productivos, “que favorecerá el interés por el tratamiento de la ley”, expresó con optimismo Natalia Curcio.
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