Sebastían Sosa, el master franquiciado de Re/Max en Argentina y Uruguay parece un “pastor”: predica que siempre se puede hacer algo con el contexto que toca y por eso hace años que dejó de frecuentar los eventos del rubro inmobiliario donde todas son “pálidas” y quejas.
Aunque Sosa reconoce que la macroeconomía está desquiciada en Argentina, la red de franquicias que lidera va a cerrar este 2023 como un año récord en operaciones de compra-venta, incluso por encima de aquella famosa “primavera” que vivió el gobierno de Mauricio Macri donde muchos argentinos se animaron a los créditos hipotecarios en UVAs.
“Argentina es un país que hoy está sin rumbo, sin líderes que entusiasmen detrás de un proyecto de país -analiza Sosa-; es increíble que el m2 en un buen barrio de Buenos Aires esté en los US$ 2.200, cuando debería estar 30 a 35% por encima, en torno a los US$ 3.000”.
Re/Max tiene hoy en Argentina presencia en casi todas las provincias (solo no están en 5), con 180 oficinas y unas 7.000 personas involucradas; en Córdoba tiene 10 oficinas y 400 personas y en Uruguay (otro distrito que se administra desde Buenos Aires) 7 locales y 250 colaboradores.
“En general, no me siento representado por la media del empresariado argentino -apunta Sosa que es aún más crítico con sus colegas inmobiliarios-; los dinosaurios que nos persiguen se callaron la boca cuando se aprobó la ley de alquileres porque no les tocaban sus comisiones. Sabíamos que iba a ser un desastre. Lo mejor es dejar que la oferta y la demanda se articulen libremente”, resume en una mirada que hace unos años hubiera sonado casi a herejía, pero que ahora recibe los vientos de una sociedad que entiende que “papá Estado” nos mete en más líos de los que nos soluciona.
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