Una semana antes de que venza la última extensión de la cuarentena fijada por el gobierno de Alberto Fernández y antes de conocer cuáles serán las nuevas condiciones de confinamiento desde el lunes 11 de mayo, los municipios cordobeses plantearon sus inquietudes frente al Centro de Operaciones de Emergencias (COE).
Mientras más de 370 localidades pudieron comenzar a relajar el aislamiento obligatorio y, por ende, reactivar paulatinamente parte de sus economías, otros tantos que quedaron pintados de rojo siguen paralizados como desde hace casi 50 días, en muchos casos, aún sin tener registros de COVID-19 entre sus pobladores.
En todos los casos, las consecuencias económicas ya se sienten con rudeza y los gobiernos locales se reconocen en una crisis tan profunda que ni siquiera saben si podrán garantizar el funcionamiento el mes que viene.
Con este crítico cuadro de situación como telón de fondo, en los últimos días hubo llamados cruzados entre jefes comunales y funcionarios del gobierno de Juan Schiaretti y varias notas enviadas a las autoridades del COE solicitando revisar el mapa epidemiológico que rige el criterio de flexibilización de la cuarentena.
Las categorizaciones trazadas por el COE entre aquellos sectores blancos (libres de COVID-19) y los rojos son tan dinámicas como el propio comportamiento del virus.
Es por ello que varias de las comunas y municipios hoy impedidos en su funcionamiento, piden rever esa clasificación para pasar a ser zona blanca desde la próxima semana.
Los intendentes afectados, tanto oficialistas como opositores, que acompañaron hasta acá sin objeciones la decisión de la Provincia de priorizar la salud frente a la pandemia,ahora advierten que mantener la cuarentena en las actuales condiciones más allá del próximo 10 de mayo, será insostenible. A la necesidad de achicar urgentemente el rojo en sus finanzas se le suma la presión que reciben de los comerciantes y vecinos de sus localidades para reactivar la economía.
Propuestas
Los planteos elevados al COE son acompañados de propuestas para la liberación progresiva de algunas actividades en las hoy denominadas regiones rojas, por ejemplo, la habilitación de la obra privada.
Las gestiones que en algunos casos se hicieron de manera conjunta como el presentado por las autoridades municipales del corredor de Sierras Chicas y, en otros, de manera individual, consisten básicamente en cambiar el rótulo de zona roja a zona blanca.
Proponen aplicar como criterio dos factores: que la localidad no registre casos nuevos en las últimas semanas; y que aquellas jurisdicciones que tuvieron contagiados de COVID-19 ya hayan cumplido el periodo ventana sin contar con nuevos infectados en su población. Por supuesto que para todos los casos rige la regla fijada por la Nación respecto a la imposibilidad de levantar la cuarentena donde exista transmisión comunitaria. Quedan afuera de las solicitudes actividades como eventos deportivos, espectáculos, de recreación y esparcimiento.
Todos los pedidos de recategorización van acompañados de garantías brindadas por parte de los intendentes para mantener los controles y el cumplimiento de los protocolos que se activarían según los rubros que pudieran ser liberados eventualmente. Saben que, frente a un rebrote, inmediatamente se daría marcha atrás con las flexibilizaciones.
“En el caso de Sierras Chicas, los hisopados realizados a todo el personal sanitario después del caso de Saldán como así también a todos los contactos de los contagiados, dieron negativo. En muchas de las localidades, ya no tenemos casos nuevos con lo cual estaríamos en condiciones de comenzar a levantar parcialmente la cuarentena”, dijo el intendente de Mendiolaza, Daniel Salibi. Entre otras, las localidades que siguiendo ese criterio podrían flexibilizar el confinamiento desde los próximos días son, además de Mendiolaza, Villa Allende, La Calera, Río Ceballos, Unquillo, Cerro Azul.
Por su parte, el intendente de Jesús María, Luis Picat, junto a sus pares de Colonia Caroya, Gustavo Brandán, y Sinsacate, Carlos Ciprian, insisten con la recategorización de su zona proponiendo la autorización -por ejemplo- para las construcciones privadas y los lavaderos. Esperan tener hoy alguna respuesta del COE.
En igual sentido se manifestó en los últimos días el intendente de la ciudad de Bell Ville, Carlos Brinner, quien informó que esta semana tendrán lugar los últimos testeos a los dos vecinos contagiados en su localidad, en caso de dar negativo “estamos en condiciones de estar en zona blanca”, dijo.
Los intendentes de Villa María y Villa Nueva también presentaron al COE Regional una propuesta con protocolos y compromisos para la activación de obras privadas y profesiones liberales. De igual modo, el intendente de la ciudad de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, evalúa solicitar salir de la zona roja a partir del cumplimiento que se dará en los próximos días del plazo sin nuevos contagios en la localidad donde se tuvo registro de circulación por conglomerado y no comunitario.
Al largo listado que analiza por estas horas el COE central se suman la ciudad de San Francisco, Morteros; de Punilla, Villa Giardino, Huerta Grande, La Falda, Valle Hermoso, Casa Grande, entre tantas otras.
La presión política de los intendentes y jefes comunales (propios y de la oposición) sobre el gobernador Schiaretti para atenuar las condiciones del aislamiento a partir del próximo lunes, es cada vez mayor.
El momento en el que el criterio epidemiológico comienza a ser incompatible con el económico, llegó y las autoridades municipales esperan una respuesta de la política provincial.
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