El peronismo cordobés es prescindente. Esta afirmación es tan cierta como ambivalente, y su significado varía según sea pronunciada por quienes entienden que la encrucijada central del 27-O es definir al sucesor de Mauricio Macri en la Casa Rosada o por quienes creen que la meta principal es llevar a la Cámara de Diputados a los candidatos de Hacemos por Córdoba.
El presidente del bloque peronista en la Cámara Alta, el senador nacional Carlos Caserio, se muestra convencido de lo primero. Es prescindente, pero su prescindencia tiene el sentido opuesto a la que se esgrimen desde El Panal. Para Caserio, la llegada de dos o tres diputados del oficialismo provincial al Congreso es un asunto secundario si se lo compara con la necesidad del peronismo de sentar a un peronista al sillón de Rivadavia. Caserio es prescindente respecto al tramo legislativo de la boleta.
El Centro Cívico, en tanto, las cosas son diametralmente distintas. Hacemos por Córdoba es prescindente en cuanto al tramo presidencial. Y es lógico que así lo sea.
Más allá de que el justicialismo sea la piedra angular sobre la que se funda Hacemos por Córdoba, Hacemos por Córdoba es más que el justicialismo cordobés. Desde su nacimiento, como Unión por Córdoba, su identidad busca ser más amplia que la del peronismo. Y así lo reflejan las matemáticas.
El oficialismo provincial ganó las últimas elecciones con el 57 por ciento de los votos. La fórmula presidencial de Juntos por el Cambio también atravesó la barrera del 50 por ciento en las PASO de agosto. Nadie niega que Macri y Schiaretti comparten una buena porción del electorado. Y allí se explica la prescindencia de Hacemos por Córdoba. Más que una decisión, es una fatalidad.
En este escenario, ambas vertientes del peronismo preparan cierres paralelos para impulsar a las candidaturas que consideran prioritarias.
Caserio lo hará en Carlos Paz, el en teatro Luxor, adonde estarán invitados todos los dirigentes provinciales que trabajaron para respaldar la candidatura de Alberto Fernández a la primera magistratura. La cita será a las 19 hoy jueves.
En diálogo con Alfil el senador recalcó que es un cierre para la fórmula presidencial, y no así para la lista de diputados que los F-F llevan atrás y que encabeza Eduardo Fernández. En principio, los candidatos de la lista larga no estarían invitados al evento.
La aclaración va en total coherencia con la prescindencia ejercida por Caserio. Los dirigentes que se encolumnan detrás del senador no reciben instrucciones para repartir una u otra boleta de candidatos a diputados. Tienen total libertad para avalar la lista que prefieran siempre y cuando se respalde la candidatura presidencial de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
Al otro lado de la prescindencia, Hacemos por Córdoba organiza su propio cierre en Saldán, el mismo día y a la misma hora. El oficialismo provincial elige, en esta oportunidad, cerrar en el interior, adonde estarán invitados los funcionarios del gobierno provincial, intendentes, legisladores, dirigentes de la capital (presidentes y coordinadores de cada seccional) y las dos centrales gremiales que impulsan la boleta corta: la CGT Regional Córdoba, que lideran los legisladores provinciales José “Pepe” Pihen e Ilda Bustos; y las 62 Organizaciones Peronistas, que dirigen Sergio Fittipaldi y Ricardo Moreno.
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