La prescindencia declarada por el gobernador Juan Schiaretti para las elecciones nacionales del año pasado, no resultó inocua para el peronismo cordobés.
El liderazgo indiscutido que el mandatario cosechó hacia adentro de Hacemos por Córdoba tras el aplastante triunfo del 12 mayo, quedó algo desteñido cuando una porción del PJ,desoyendo su directiva, decidió jugar de lleno por la candidatura de Alberto Fernández. Eso provocó las primeras fricciones; hoy, ya incipientes heridas.
El Gobernador como máximo jefe del PJ Córdoba no pudo detener la fuga de intendentes, legisladores y dirigentes de distintos rangos que decidieron correrse, y ya se mueven más cerca del albertismo que del schiarettismo.
Y aunque no desde lo formal, en los hechos, el peronismo cordobés estápartido. De un lado,los que sostienen que el justicialismo no puede ser indiferente al gobierno de Fernández y trabajan para su proyecto político; mientras que en la otra vereda se paran quienes siguen la postura del mandamás provincial de mantenerse al margen de la política nacional.
El grupo de los primeros no sólo está en plena expansión, sino que ya trabaja para darle un marco más formal a su esquema político.
De la mano del senador Carlos Caserio, dirigentes que pertenecen a Hacemos por Córdoba decidieron comenzar a tallarle un perfil propio al sector y avanzar en el armado de una línea interna en el partido.
“Buscamos un peronismo con debate, renovado y con una organización más horizontal. Somos parte del PJ Córdoba, pero a nosotros no nos da lo mismo cualquier gobierno nacional. Y eso marca una diferencia notable”, dijo Caserio en diálogo con este diario.
La construcción y organización política de este sector que en breve tendrá hasta nombre propio, incluye el armado de una mesa de conducción temporal que sería anunciada en marzo cuando, mediante un plenario provincial, se lance públicamente. Allí prometen caras nuevas producto de las conversaciones que ya se iniciaron con otros hombres y mujeres del peronismo cordobés.
Y aunque desde el caserismo aseguren que no existe voluntad rupturista ni confrontativa con la actual conducción del PJ, la realidad es que en el corto plazo el partido deberá convocar a internas para renovar sus autoridades.
Quizá sea entonces esa la primera instancia de prueba para saber cuán grandes son las diferencias que hoy separan al senador nacional del gobernador de Córdoba. Entre quienes, por cierto, el diálogo quedó cortado luego de que el primero renunciara, con críticas, a la presidente del partido el año pasado.
Armado sobre todo el mapa
La primera demostración de fuerza del caserismo tuvo lugar esta semana en la Legislatura de Córdoba. Allí, 11 de los 51 legisladores de la bancada oficialista, dejaron en claro que pertenecen al armado que encabeza al ex presidente del PJ Córdoba y que acompañarán las políticas del Presidente.
Si bien por ahora no se habla de quiebre, la foto con la que se buscó mostrar la autonomía con la que se moverán dentro de la bancada mayoritaria, encendió una luz de alerta en el Panal donde quieren evitar por todos los medios que el bloque se parta.
En el Centro Cívico siguen de cerca los pasos del caserismo, sobre todo, a nivel del territorio donde Hacemos por Córdoba no está dispuesto a ceder.
Según dijo el propio senador, el armado político que gesta, incluye representación en cada uno de los departamentos del mapa provincial.
Allí cuentan a Martín Gill, flamante secretario de Obras Públicas de la Nación, por General San Martín; al secretario nacional de Transporte, Walter Saieg, por Santa María; los legisladores Carlos Presas y Rodrigo Rufeil, departamento Colón; Mariana Caserio, Punilla; Gustavo Eslava, Rio Seco; Tania Kyshakevych, Ischilín; y a los nazaristas Franco Miranda por Río Cuarto; y Laura Labat de Tercero Arriba, entre otros.
El despliegue territorial también alcanza al complejo y siempre difícil distrito capitalino donde el caserismo ya cuenta para el armado a dirigentes como Gabriel Bermúdez (subsecretario de Transporte de la Nación) y Dante Heredia (referente del PJ de la ciudad), entre otros; mientras esperan sumar a Olga Riutort.
Con la formalización de un espacio político propio que ya sumó también a varias voluntades del delasotismo mientras aguarda por otras, Caserio buscará abrir camino a un nuevo pelotón de dirigentes dispuestos a batallar por más lugares en el peronismo pero también, formar las bases para las disputas electorales que se vienen. La puja por la sucesión de Schiaretti ya comenzó.
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