El exministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, será la apuesta del PRO nacional para la provincia en los dos próximos turnos electorales. La victoria cantada de Juntos por el Cambio en la ronda legislativa asegura una plataforma codiciada para la batalla más importante: la sucesión en El Panal. Mauricio Macri, a quien se le criticaba subestimar las relaciones endógenas de la política, decidió involucrase de lleno para determinar el juego de la coalición en la provincia.
No hay dudas: el expresidente de la Nación quiere un PRO fuerte y ya eligió a quién liderará ese proceso. Santos tuvo en la tarde del miércoles su acto político y desde ahora caminará el territorio con esa aura amarilla que incomoda a los socios locales, pero que infiere respeto. No puede desconocerse la potencia de la maquinaria del partido recoleto y hay que decir que hasta que no sucedan las elecciones ejecutivas provinciales todavía persistirá el eterno debate si los votos cordobeses son de Macri o del antikirchnerismo que él expresa. Mientras tanto, el botín cotiza.
En las rondas de prensa que siguieron a la presentación de “Primer tiempo”, Macri explicó los porqués de su elección: dijo que Santos tenía un perfil ejecutivo. Pero fue un poco más allá al ponderar la gestión de Schiaretti y admitir que el próximo candidato a gobernador de Hacemos por Córdoba tendría muchas cosas buenas para mostrar. También, dijo que Juntos por el Cambio perdió la elección de mayo de 2019 porque no supo ofrecer “una alternativa lógica” a los cordobeses y, sin dar nombres, sugirió que la oferta de ese momento no tenía perfil para gobernar.
En ese contexto, holía a desplante la ausencia de los radicales Mario Negri y Ramón Mestre (en comunión desde la interna partidaria) en el almuerzo que Macri encabezó con la primera línea de la dirigencia de la coalición. Claro quelos ausentes justificaron el faltazo con viajes. El primero, al sur provincial; el segundo, a Buenos Aires.
El comunicado oficial del encuentro y la foto pretendían sugerir concordia y armonía. “Analizaron la situación del país y la provincia en particular, se detuvieron especialmente en la crisis, la pandemia y ratificaron su intención de trabajar para la unidad, al tiempo que hicieron votos para llegar a las Paso con una lista única”, explicaba el parte oficial enviado con la foto correspondiente en la que se ve a Macri sentado entre Santos y el titular del PRO, Javier Pretto. Además de las flamantes ausencias sorprendió la participación del primer radical macrista, Oscar Aguad, quien no se encontraba entre la lista de invitados oficiales a la que accedió este medio el miércoles por la noche.
El titular de la UCR, Marcos Carasso, manifestó ante los comensales el desagrado que generó en su partido los elogios dispensados al gobernador. Le recordó que Schiaretti “no es justo ni equitativo” con los intendentes que no son de su color y le reprochó la prescindencia nacional de 2019. Macri repitió lo que dijo públicamente: que la culpa de la derrota la tenía la dirigencia local que no supo articularse.
El almuerzo continuó sin sobresaltos. El diputado Luis Juez (Frente Cívico) avisó que competirá en las Paso por un escaño en el Senado y pidió reglas de juego claras. El exmandatario animó a todos los interesados a buscar puntos de encuentro, como quien canta de memoria una canción pegadiza.
La explosión se sintió después del mitin. El negrista Carasso dio un anticipo de lo que se vendría. Circuló un comunicado radical que se desmarca de la aprobación macrista a la gestión PJ. “No tenemos nada que ver con el gobierno de Juan Schiaretti. Somos muy diferentes a Hacemos Por Córdoba y por eso somos oposición”, reza el punto uno que se completó con un rosario de críticas a la administración oficialista.
El punto dos le pega directamente a Macri, a quien degradan al rango de “dirigente PRO”: “La opinión de Mauricio Macri, como dirigente del Pro, es valiosa, pero de lo que se trata es de fortalecer Juntos por el Cambio, que tiene muchas diferencias con el peronismo de Córdoba. Los cordobeses están mal y no hay margen para la duda, queremos ser parte y profundizar un espacio político que marque con nitidez las profundas diferencias con el peronismo cordobés, al cual la posibilidad de la alternancia lo incomoda, algo que poco tiene que ver con el supuesto “republicanismo” que algunos le adjudican”.
Para el cierre, ratifican la existencia de dirigentes radicales “de probada pertenencia e identificación con valores que dan razón a la existencia de Juntos por el Cambio, capacitados y honestos, que son una excelente alternativa para las elecciones de 2021 y de 2023”.
Elisa Carrió, quien ejerció un accidentado madrinazgo a Negri en 2019, y está en abierta tensión con Macri, metió la cuchara a través de la cuenta de Twitter del partido: “Negri ha sido el puntal de Juntos por el Cambio en el Congreso nacional y ha sido vicegobernador de Córdoba muchísimo antes de que Macri fuera presidente. Lamentaba las declaraciones suyas en Córdoba del día de ayer (por el miércoles)”.
Este medio contactó a fuentes cercanas a Macri con oficina en Buenos Aires para conocer cómo leyeron el enojo radical. “Ya se le va a pasar”, desdramatizaron el disgusto de Negri que cada una de los dirigentes consultados por este diario confirmaba y que quedaron de manifiesto con el comunicado.
Ahora bien, conviene preguntarse si la incomodidad manifiesta de radicales (y la solidaridad de loslilitos) encuentran su explicación en la defensa amarilla de la gestión schiarettista, o bien, en la confirmación de que los favores de todo el PRO nacional los tendrá Santos. “En esto no hay vuelta, el partido tiene internas a nivel nacional, pero Córdoba es de Mauricio”, insistieron las encumbradas fuentes. Desde estas páginas se había señalado que Macri y Horacio Rodríguez Larreta suscribieron una tregua en el distrito: el armado se haría en conjunto y luego quedaría a disposición del mejor posicionado en el 2023.
Hay elementos para asegurar que los guiños del PRO nacional al PJ no son nuevos, de hecho, los aliados han convivido con este tipo de referencias. Las declaraciones de Macri de esta semana se han escuchado desde que puso un pie en esta provincia para iniciar su armado en 2011.
Incluso, hace menos de un mes María Eugenia Vidal y Rodríguez Larreta, en los micrófonos de la Fundación Mediterránea, hablaron de ampliar la coalición en lo que se observó como un claro coqueteo al jefe del peronismo cordobés. Ambos legitimaron las expresiones amables que Santos o la diputada Soher El Sukaria, y buena parte del macrismo cordobés, ya habían dedicado a El Panal.
Es un clásico el piropo de Macri al peronismo, pero coincidió con la presentación en sociedad de su nuevo favorito. Ayer, formalmente, empezó el tironeo pre-Paso en la alianza Juntos por el Cambio.
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