El operativo clamor del peronismo cordobés por la proyección nacional del gobernador Juan Schiaretti y su eventual candidatura presidencial en 2023 se situará territorialmente hoy, con un acto en el estratégico departamento Colón, organizado por un grupo de intendentes y referentes PJ de la agrupación Colón Merece Más, bajo el lema “Argentina Merece Mas, Argentina Merece a Juan”. Los organizadores, con el intendente de La Calera, Facundo Rufeil, y el concejal de Mendiolaza Nicolás Martinez Dalke a la cabeza, quieren trascender los límites del espacio y están convocando a dirigentes de todo el PJ y de otros partidos aliados a Hacemos por Córdoba. El intendente de Colonia Caroya y candidato a diputado de HpC, Gustavo Brandan, y su par de Saldán, Cayetano Santo, garantizaron su presencia, y también el Partido Socialista y el Frente de Acción Solidaria.
El acto será esta noche en el Complejo Arco Iris de la ciudad de Río Ceballos y la idea es producir un documento a partir del eje mencionado, con la mayor cantidad de firmas posibles.
“Hay que salir a la cancha porque el país lo necesita y porque el gringo es el único que garantizará orden, seriedad, estabilidad, progreso y unión de todos los argentinos. Sus innumerables obras, son la muestra de que puede cerrar cualquier tipo de grieta, el modelo de gestión cordobés y la realidad, así lo demuestran”, señalan desde el espacio. “Creemos que Schiaretti es la persona que necesita el país para sacarlo adelante y unir a los argentinos. Y reivindicamos el legado de José Manuel de la Sota”, enfatizó una fuente del espacio. No es casual que sea Colón el sitio, teniendo en cuenta que es territorio de algunas de las mayores disputas con el Frente de Todos, que tiene en ese departamento a varios jefes comunales y referentes, como Rodrigo Rufeil, jefe de campaña de Carlos Caserio.
La estrategia de nacionalización de Schiaretti no es nueva, aunque por ahora sea básicamente una movida para encumbrar a un gobernador sin reelección que busca tomar máxima distancia del gobierno nacional para crecer respecto de las PASO y asegurarse la sucesión en la provincia frente a un ascendente Juntos por el Cambio.
Comenzó antes de que el mandatario provincial fuera sometido a una operación en el riñón, lo que sucedió a mediados de mayo. Ese incidente suspendió pero no archivó la iniciativa, alimentada hasta ahora por manifestaciones sueltas de casi todos los integrantes del gabinete provincial, los principales referentes del PJ, y las espadas parlamentarias del Panal, alineados en “exportar al país el modelo de gestión Cordoba”, concepto que fue uno de los ejes de la campaña electoral. Esto incluye al intendente capitalino Martín Llaryora, candidato para el reemplazo provincial. Ayer fue el ministro de Industria y Comercio, Eduardo Accastello, quien sin eufemismos pidió “Schiaretti presidente”. “Los sectores productivos de todo el país tendrán previsibilidad y progreso si Juan Schiaretti es Presidente de la Argentina. La escucha activa, la articulación público-privada y la experiencia del exitoso modelo de gestión Córdoba son el mejor antecedente”, posteó en Twitter, junto a una foto del mandatario, el hombre de Villa María, que no oculta su deseo de ser candidato a gobernador.
Panal nunca salió a desmentir a nadie.
Ahora, luego de la derrota del Frente de Todos en los principales distritos del país y la consecuente crisis del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y con Juntos por el Cambio buscando duplicar los 500 mil votos que sacó Luis Juez en las PASO, el schiarettismo saca pecho cordobesista y anti K y no solo propone exportar el “modelo de gestión Córdoba”, sino a su mentor como opción de centro y “anti grieta” para conducir la Nación. Nada es casual. Para esta segunda parte de la campaña, los estrategas de HpC apuestan a levantar la figura del mandatario y que la propuesta no descanse tanto en “ellas” (Alejandra Vigo y Natalia de la Sota, las candidatas) sino en “él” y en “ellos” (Schiaretti + Llaryora).
En la estrategia de nacionalizar para ocupar el centro de la escena, fue piedra de toque la reunión que Schiaretti mantuvo con los integrantes de la Mesa de Enlace nacional del sector agropecuario, donde se ubicó como opositor a la Nación, tal cual quiere que lo vean en Córdoba, y pidió terminar con los límites a la exportación de carne y reducir las retenciones al agro. Lo hizo sin ahorrarse la palabra negra de la acusación política en Córdoba: trató a AF de gobierno kirchnerista. No hace falta recordar la satisfacción de los ruralistas ni de los integrantes del G6 con quiens luego compartieron almuerzo, con el ministro Sergio Busso de invitado.
En los tiempos schiarettistas, es temprano para saber si hay algo más que necesidad de generar expectativa interna en torno al gobernador y a HpC, a partir de un discurso de exportación cordobesista, algo que no hizo en 2019 con el Peronismo Federal.
O si realmente el gobernador quiere seguir los pasos de De la Sota y lanzarse del cordobesismo puertas adentro de los últimos años a la suerte nacional, atendiendo el pedido del politólogo Andres Malamud, quien el otro día le reclamó en Cadena 3 un rol más protagónico en la escena nacional, y prácticamente lo ubicó como el único capaz de poner límites a “los porteños” de Casa Rosada.
En cualquier caso, cerca de Schiaretti dicen que si el gobernador tucumano Juan Manzur llegó a jefe de Gabinete de AF con la cucarda de haberle dado al FdT un buen resultado electoral y liderar a sus pares del Norte Grande, y ya es presidenciable, el titular del Panal tiene el mérito de ser el peronista anti k por definición, es de una provincia grande, derrotó al FdT al que nunca se unió, y tiene capacidad para liderar la Región Centro y todo lo que ello implica.
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