Unas horas después de que el gobierno nacional informara la suspensión de las exportaciones de la harina y el aceite de soja, el gobernador Juan Schiaretti usó su cuenta de Twitter para rechazar la medida, que se considera una previa a la suba de las retenciones que pagan esos productos industrializados.
El cordobés, después de mucho tiempo, coincidió en público con su par de Santa Fe, el frentetodista Omar Perotti, sobre una decisión del gobierno de Alberto Fernández. El santafesino también se mostró disconforme con la disposición anunciada el domingo por la noche por la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, pese a que juega cerca de La Rosada y se revinculó con Cristina Kirchner para las elecciones legislativas, a diferencia de Schiaretti que está consolidado en la liga del peronismo opositor al Frente de Todos.
No es un tema menor para AF la desmarcación del hombre de Rafaela. Con la distancia que puso el cristinismo y La Cámpora con el proyecto de refinanciación de la deuda con el FMI, el frente oficialista quedó herido de gravedad y el presidente va a necesitar más que nunca el respaldo de los gobernadores.
Desde la banda opositora oficial, Horacio Rodríguez Larreta también se expresó en contra.
“En relación al cierre de las exportaciones de harina y aceite de soja rechazo esta medida porque perjudica la producción cordobesa y va en contra del ingreso de divisas que son necesarias para nuestro país”, escribió el jefe del Panal, con un ojo en sus aliados de la Mesa de Enlace del sector agroindustrial y el otro en la necesidad de dólares para la producción local. Tras él, salió el ministro de Agricultura de la Provincia, Sergio Busso, y el bloque de diputados de Córdoba Federal, que viene de votar junto con el albertismo y el macrismo de la cámara baja el acuerdo con el Fondo. La senadora Alejandra Vigo, que esta semana también acompañaría el acuerdo en la Cámara Alta, replicó el tuit de Schiaretti. En cualquier caso, al Panal le viene bien recordar que está ubicado en la vereda del frente del gobierno en materia de política para el sector agropecuario, y en la Mesa de Enlace de Córdoba descartan que el jefe del bloque de HpC, Carlos Gutiérrez, dirá presente en la cita con referentes legislativos que preparan para el fin de semana.
Según algunas versiones que circularon ayer por medios nacionales, el gobierno utilizará el aumento de dos puntos de las retenciones a los subproductos de la soja para equilibrar el precio interno de las harinas de trigo y maíz, dos productos muy gravitantes en el precio de los alimentos en el marco del fideicomiso creado a tal fin. El cálculo indica que esos dos puntos extra le daría al Gobierno una recaudación adicional de más de US $400 millones anuales.
Perotti se quejó casi con los mismos argumentos que Schiaretti. “La suspensión de las exportaciones de harinas y aceite de soja, frenará el ingreso de las divisas que necesita el país. Se debe tener cuidado con incentivar a la desindustrialización. Lo que necesitamos es agregar valor, generar empleos y lograr inversiones”, manifestó en sus redes. Un dato: el senador santafesino del FdT, Marcelo Lewandowski, visitó la semana pasada la ExpoAgro de San Nicolás y tendió puentes con ruralistas.
Al cierre de esta nota, ni el Ministerio de Finanzas ni el de Agricultura nacional habían confirmado si la suspensión de los Registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para las exportaciones de harina y aceite de soja iría acompañado por una suba de las retenciones, aumento que tiene que autorizar el Congreso o bien el gobierno utilizar alguna herramienta vía decreto.
En Córdoba, abrieron el paraguas todas las entidades del sistema productivo, comercial y financiero nucleadas en la Mesa de la Producción Córdoba. Mediante un documento titulado “Preocupación por los derechos de exportación”, las cámaras empresariales indicaron que la suspensión de las exportaciones “constituye una señal negativa tanto para esa cadena como para todo el sector productivo” y que, si apareja una suba del diferencial de retenciones para esos subproductos, “nos encontramos nuevamente ante un incremento de la carga estatal a las cadenas productivas”. “La presión fiscal es un desincentivo para la producción y, en este caso particular, para un sector generador de divisas genuinas. Las suspensiones de exportaciones, por otro lado, restan previsibilidad a un sector altamente competitivo y la posible quita del diferencial de retenciones es una señal que afecta a una industria que aporta valor y genera empleo”, agrega el documento.
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