El comando proselitista de Juntos por el Cambio quedó constituido y, con él, comienza a perfilarse la estrategia para la campaña legislativa nacional de noviembre. Hay varios elementos que se mantienen, otros no tanto.
De más está decir que las PASO desnudaron las preferencias de la gente y esa encuesta general ya condiciona los movimientos de ganadores y perdedores, incluso de aquellos que creen que es posible crecer como ya han expresado los alfiles del gobernador de Juan Schiaretti, representados con los colores de Hacemos por Córdoba.
En JPC se encaró un trabajo de reconstrucción interno con el objetivo de garantizar la unidad para repetir (o mejorar el resultado) para la alianza, que en adelante deberá jugar en un mismo equipo. La jefa del PRO, Patricia Bullrich, vino a cantar victoria en la tierra que se creía dominio imbatible de Mauricio Macri y a atemperar las embestidas del hombre del expresidente, Gustavo Santos, que prometía un capítulo judicial si no era subido al tercer renglón de la boleta de diputados. Nada de eso sucedió y el exministro de Turismo se sentó a la mesa con los candidatos con promesas de trabajar incansablemente para frenar al kirchnerismo.
En tanto, los radicales hicieron algunas demostraciones de unidad que, a primera vista, anticipan que habrían comprendido que para liderar tienen que caminar en la misma vereda, en especial, con un candidato bien plantado y con apoyos nacionales como los tiene Luis Juez.
Hasta allí, los aliados hicieron lo que se esperaba de ellos: un tratamiento de shock para las heridas emanadas de sus diferencias de nacimiento. Esto no significa que los ganadores cedan protagonismo. Ya quedó demostrado con el voto negativo unánime que recibieron las pretensiones ascendentes de Santos (están incluidos los hombres y mujeres del PRO en esa negativa); también con la conformación de la dirección de la inminente campaña.
Habrá que esperar para ver si convocan a miembros de la lista que integraron Mario Negri y Santos, pero la UCR estaría representada por el intendente radical de Río Tercero, Marcos Ferrer y el legislador Orlando Arduh; el juecista Walter Nostrala y el patricio Oscar Agost Carreño. El lunes, el cuarteto viajará a Buenos Aires para entrevistarse con los referentes de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio para intercambiar visiones, propuestas para la nueva etapa y escuchar consejos.
Desde el PRO adelantan que recibieron estudios cuyos resultados sugieren no hacer grandes variaciones a la campaña que la lista ganadora, Cambiando Juntos, hizo para las primarias. “Ese sigue siendo el camino para ganar”, ratifican.
De todas maneras, aseguran que prestarán especial atención en ciudades clave en toda elección por el volumen de votantes, justamente las que tienen a cargo referentes centrales en la estructura del PJ del gobernador Juan Schiaretti. El plan cuatro ciudades de Juntos por el Cambio será desandado desde este martes con la presentación de los candidatos en Capital, Río Cuarto, San Francisco y Villa María. Vigilar de cerca el voto será la acción estrella de las próximas semanas.
En los cuatro departamentos se impuso la coalición y dan por supuesto que Martín Llaryora, Juan Manuel Llamosas, Ignacio García Aresca y Eduardo Accastello intentarán mejorar la marca apuntando al electorado que no participó de las primarias y a aquellos que optaron por otras fuerzas en este juego libre que algunos ciudadanos se permiten en esta instancia de definición de candidatos.
En JPC adelantan que la presencia de los candidatos y dirigentes locales y nacionales en estos distritos será permanente. Incluso, confirman que serán insistentes con este concepto: que los diputados que responden a Schiaretti han jugado en tándem con los que responden al Frente de Todos, a veces para lograr que leyes de oficialismo tenga luz verde; otras, para permitir el quórum. Los aliados entienden esta estrategia como funcional al gobierno de Alberto Fernández; en Hacemos por Córdoba prefieren llamarle “gobernabilidad”.
Como era de suponerse, para JPC el rival es claramente el kirchnerismo,aunque no en Córdoba donde no pudo superarse pese a la peronización de la lista que encabezó el senador Carlos Caserio y el secretario de Obras Públicas de la Nación, Martín Gill. Por lo tanto, el oficialismo provincial y su ahora posicionamiento anti k expreso, surgen como factor a atender en esta campaña.
El desembarco de Bullrich del viernes pasado fue un anticipo de lo que se viene. En una entrevista exclusiva a Alfil, al ser consultada sobre el cambio de estrategia de Hacemos por Córdoba y las picardías del intendente Llaryora, quien trató de desalentar al votante radical al recordar la extracción peronista de Juez; la exministra redobló la apuesta: “Nosotros tenemos que evitar que el Gobierno utilice el aparato del Estado, todo lo demás entra dentro de un juego político del gobernador que cree que el Gobierno nacional está muy mal y trata de tomar distancia. Independientemente de eso, nosotros, en JPC, creemos que es momento de cambio también. Córdoba necesita refrescarse, alternancia”.
“La gente lo juzgó en este turno electoral, por eso duplicamos a Juan Schiaretti en esta elección. No se puede estar con dios y con el diablo. Nosotros sabemos dónde está la oposición y la sociedad cordobesa lo sabe”, insistió en el concepto del PJ local como funcional al FDT.
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