¿Por qué en el gobierno de Córdoba, por ahora, descartan la posibilidad de retroceder de fase pese al brote surgido en la Capital durante los últimos días? La respuesta contempla múltiples factores.
En primer lugar, tal como ya lo señalamos desde estas páginas, desde hace semanas el humor social resulta un componente determinante a la hora de tomar las decisiones sobre cómo seguir con la cuarentena en Córdoba.
En el Panal no pasan por alto el hastío ciudadano frente a casi 100 días de confinamiento que se traduce en una clara merma del respaldo social a la prolongación del aislamiento lo que termina impactando en la buena imagen de la que goza el gobernador Juan Schiaretti. Por eso, desde el plano político, pero también desde el económico tampoco hay margen para volver atrás y quitar concesiones ya otorgadas.
Muestra de ello es lo que ocurrió el viernes pasado cuando, pese al brote confirmado en Villa El Libertador y Remedios de Escalada, la Provincia anunció nuevos permisos para el interior y habilitó las tan esperadas juntadas familiares de hasta diez personas en la ciudad de Córdoba, epicentro del grueso de los contagios.
Tras el fin de semana largo, y después de más de 1.500 testeos realizados en las zonas rojas de la capital cordobesa, el Gobierno a través del Centro de Operaciones de Emergencias (COE) central consideró “controlada” la situación en esos sectores donde se realizaron estrictos cordones sanitarios por 72 horas.
Por eso, al menos por el momento, aseguran que no hay necesidad de retroceder de fase como ocurrió hace algunas semanas ni cerrar la ciudad.
En cambio, sobre lo que sí se está trabajando fuertemente, tanto a nivel epidemiológico como político, es en el refuerzo de un esquema de prevención que permita comenzar a transitar la nueva normalidad que no es otra cosa que convivir, al menos hasta que pase el invierno, con el virus del COVID-19.
Esta semana en el Centro Cívico preparan el lanzamiento del programa “Alerta Temprana” pensado por el gabinete social que conduce la diputada nacional Alejandra Vigo. Desde el inicio de la pandemia, la también jefa política del PJ capitalino armó un equipo junto a los legisladores Nadia Fernández, Leonardo Limia y Diego Hak, el diputado nacional Paulo Cassinerio y el secretario de Políticas Sociales de la Municipalidad, Raú La Cava, para reforzar la presencia y asistencia en el territorio.
En esta etapa, se busca robustecer las redes comunitarias para que, de manera articulada con el grupo epidemiológico del COE, se aborde la fase de prevenciónsobre todo en los sectores más desfavorecidos de la ciudad.
En ese sentido, en el marco del programa que se presentará en estos días se capacitaron a referentes sociales de unos 140 barrios que se convertirán en una especie de “vigías” comunitarios.
Con esta acción concreta de vigilancia epidemiológica se busca contribuir al monitoreo sanitario de los sectores más vulnerables donde el cumplimiento de las nuevas pautas de convivencia social y de responsabilidad individual se hace más difícil.
En la Provincia entienden que de esta forma se favorece a la detección temprana de posibles casos y para ello, los referentes comunitarios contarán con una aplicación específica que reportará directamente al COE.
“Estamos en una instancia en la que resulta impensado volver atrás. Por eso, estamos trabajando y reforzando la prevención en función al mapa de calor elaborado para la Capital cordobesa”, dijo una fuente del gabinete social.
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