Mario Negri está anotado para encabezar la lista de candidatos a senadores nacionales, y Rodrigo de Loredo hace oscilar su interés entre esa boleta y la de diputados nacionales, según el interlocutor y la señal que quiera disparar en la radicalósfera. Pero un posible acuerdo entre ambos despejaría una de las incógnitas, porque implicaría que Negri sea candidato a senador y De Loredo a diputado. Lo cual, debe decirse, no garantiza la paz interna, sino que sugiere el posible inicio de otros conflictos, a pesar de que la lista radical-radical es, en principio, lo que todos juran como el gran sueño, golpeándose el pecho con fervor alemista.
El binomio Negri-De Loredo tendría por tarea, en principio, enfrentar a la dupla promocionada por el PRO: el juecista Luis Juez y el multipartidario Gustavo Santos; porque debe notarse que los macristas parecen haber tercerizado sus principales candidaturas.
Juez parece atalonado en su candidatura a senador nacional y, según se asombran los radicales, trabaja en las jabonerías porteñas para conseguir que Santos acepte un descenso al tercer lugar de la lista de diputados. Con ello, podría ofrecerle a De Loredo un dibujo de lista única. Incluso, ya lo habría hecho, con la recomendación al radical de ganar tiempo y no cerrar nada mientras intenta bajar el santo del altar macrista. De Loredo habría dicho a Negri que solo se limitó a escuchar, por protocolo. Así, el actual concejal tendría dos puertas abiertas para definir su futuro político, pensando en lo que realmente le interesa: el 2023.
¿Y Ramón Mestre? Negri y De Loredo alimentan sus propias ilusiones con las encuestas en la mano (esos oráculos cada vez menos precisos); los mejores deben estar en las listas, dicen y repiten. El ex intendente, en los sondeos que los protoamigos aseguran haber leído, todavía tiene una imagen negativa alta, y preferirían que, en todo caso, haya mestristas (en femenino, precisamente) en el enunciado electoral, y no el propio jefe.
Pero Mestre ha demostrado en su biografía política que le gusta dar pelea, incluso cuando las chances eran flacas o raquíticas, como en el 2019. ¿Y si se lanza con una lista propia? ¿Y si vuelve a reunir a sus socios pendulares, los alfonsinistas, que ya amenazan con ir a las PASO con una lista propia promocionando a Dante Rossi para diputados pero guardando prudente silencio sobre el otro tramo? Los alfonsinistas reclaman un lugar en el podio de diputados, lo cual es difícil de concederles. De todos modos algún mal pensado podría pronosticar para el mestrismo otra cosecha débil, como en la elección de gobernador 2019, pero si Negri debe enfrentar una fuga de votos radicales para enfrentar a Juez, podría correr algún riesgo (el entrerriano no es gaucho de dormir a la intemperie).
Y, para peor, los Javieres (Bee Sellares y Fabre, de Consenso y Línea Córdoba, respectivamente)también amenazan con una lista propia si De Loredo cierra un acuerdo con Negri que no se justifique con un proyecto de poder a futuro. Para los Javieres, Negri sigue siendo el representante del radicalismo que ellos, con De Loredo en la coalición Sumar, enfrentaron para renovar el partido en las internas de marzo pasado. ¿Podría haber una tercera o cuarta lista radical? Queda una semana bien intensa para resolver el intríngulis radical y de Juntos por el Cambio.
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