La alimentación de las abejas es clave en las características del producto final que producen, por eso toda la región del noreste cordobés se destaca por contar con una miel con calidad de exportación.
Emanuel Costantino forma parte de una empresa familiar dedicada a la apicultura. Apasionado por la actividad, no hay detalle que se le escape al joven emprendedor miramarense.
La miel de Ansenuza se destaca por ser polifloral, es decir que el néctar proviene de varias flores, aunque con preponderancia de la flor de alfalfa, lo que le da un sabor característico. Además, se ofrece en presentaciones de distintas tipologías, con una amplia gama de combinaciones con frutos secos, con flores, con frutas, entre otras.
Emanuel se refirió a distintos mitos que existen alrededor de la coloración, textura y cristalización de la miel, aclarando que -en el caso del color- más clara o más oscura, depende principalmente del origen botánico, de la flor, al igual que su aroma y su sabor; no haciendo a la calidad de la misma.
Respecto de la cristalización de la miel, el especialista afirmó que "no es algo malo ni quiere decir que la miel no sea de calidad, al contrario". Y explicó: "Dentro del panal, dentro de la colmena, la miel está almacenada a una temperatura adecuada y con las condiciones necesarias naturales de producción para permanecer en estado líquido. Cuando uno extrae la miel de la colmena, la está quitando de su hábitat natural, quitándole esas condiciones necesarias, entonces a una temperatura menor, la miel comienza a azucararse, lo que da la garantía de que es una miel pura", aseveró.
El apicultor aconseja que para mantener la calidad del producto, hay que conservar la miel a temperatura ambiente, lejos de los rayos del sol, y sabiendo que si se la coloca en la heladera, se azucarará, se cristalizará, aunque no perderá sus condiciones.
Para recuperar su estado líquido, recomendó la tradicional receta de las abuelas: ponerla a baño maría hasta que recupere su estado natural.
Emanuel destacó las múltiples propiedades de la miel en la alimentación, pero también detalló sus usos medicinales al igual que del resto de los productos de la colmena como la cera, el polen, el propóleo, y hasta el mismo veneno de la abeja (la apitoxina) que es utilizado en la apiterapia y en el tratamiento de diversas dolencias.
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