Italia eleva el límite de velocidad máxima permitida. ¿Es ventajoso?
(Por José Manuel Ortega) En la mayoría de los países del mundo hay límites en la velocidad máxima para ciudades y rutas. Solo unos pocos la han eliminado. ¿Cuál es el modelo a seguir?
Si analizamos los países europeos, los límites existen en la mayoría de ellos. Tomando autopistas, en Inglaterra, Suecia y Rusia es de 110 km/h. A 120 km/h se permite viajar en España y Finlandia. Francia autoriza 130 km/h y Alemania –en la mayoría de sus trazados- no establece limitación alguna en la velocidad.
Cambiando de latitudes, en Japón se permiten 125 km/h y en Estados Unidos –no es homogéneo- hasta 120 km/h.
En nuestro país se puede viajar a 130 km/h. También hay velocidades mínimas que no se respetan.
Podríamos caer en la tentación de asociar la baja cantidad (en términos relativos) de muertes en Alemania con la libertad para viajar sin límites de velocidad.
Sin embargo, la siniestralidad no depende solo de la velocidad máxima autorizada. Las rutas alemanas (Autobahn) presentan un estado apto para la circulación, obtener el carnet de conducir no es tan sencillo (en ningún lado tanto como en Argentina), el parque automotor están en muy buen estado (fuertes multas si se circula con el auto en malas condiciones), la señalización vial está instrumentada con criterio, y varias razones más que se suman y convergen en la baja tasa de accidentes. Probablemente también cada conductor tenga conciencia respecto a si está en condiciones de superar cierto límite o no.
También es cierto que se pueden crear muchas leyes pero si no hay controles, de nada sirve. De hecho, si bien en Córdoba el panorama se ha modificado a partir de los radares de la Policía Caminera, muchos automovilistas exceden –y largamente- el límite mencionado, y todos sabemos de conductores que viajan a 150/160 km/h como algo normal. Lo que ocurre en Argentina es que muchos autos no están técnicamente aptos (en buen estado) para circular a altas velocidades, la red vial deja mucho que desear, la señalización es deficiente, y unos cuantos ingredientes más. ¿Cuánta gente sabe como se comporta un vehículo, cargado, a 120 km/h si de repente baja a la banquina o debe realizar una maniobra brusca?
En general, el consenso mundial es fijar límites de velocidad máxima, entre 110 y 130 km/h, lo cual –creo- es razonable por varias razones, sobre todo a partir de la realidad descrita en el párrafo anterior. Podemos discutir cual es el límite razonable y esto dependerá de un gran número de factores. Creo que sería razonable establecer límites variables en función de las condiciones climáticas, de la densidad del tráfico, del estado de la ruta, etc., aunque no sería fácil de instrumentar un esquema de este tipo.
Por lo pronto, antes de este debate nos quedan muchas cuestiones pendientes referidas a la seguridad vial.
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