Participate Learning acaba de lanzar su convocatoria 2022 y pretende cubrir 1.000 vacantes a nivel global. Argentina está entre los países en donde buscan profesores.
Para conocer qué ofrece esta iniciativa y quiénes pueden aplicar, InfoNegocios conversó con Tatiana Rudiander Conte quien, desde enero 2020, vive (y da clases) en la ciudad de Wilmington, en Carolina del Norte, de la mano de Participate Learning.
Requisitos
Antes de aplicar a este programa, los interesados deben cumplir con las siguientes condiciones:
- Contar con un título vinculado al ámbito educativo, ya sea un profesorado universitario o título terciario
- Tener más de dos años de experiencia continua frente al aula.
- Tener un nivel de inglés suficiente como para ejercer su profesión en tal idioma.
Rudiander Conte comenta que ella es Profesora de lengua y literatura inglesa, pero aclara que no es necesario ser docente en idiomas extranjeros para formar parte del programa. “Cualquier maestro o profesor puede inscribirse, pero es necesario que corrobore que es capaz de moverse en un ambiente en donde todos hablan inglés”, especifica.
Al mismo tiempo aclara que, de ser seleccionados, los postulantes no necesariamente ejercerán las mismas tareas que en su país de origen: “Actualmente yo estoy como maestra de español para alumnos de 5to grado; al principio cambiar el idioma que tenía que enseñar fue raro, pero no me resultó difícil adaptarme. La esencia es la misma: enseñar una segunda lengua a hablantes nativos de otro idioma”.
Aplicación, visado y duración del programa
“A principios de 2019, buscando alternativas para viajar al extranjero, me encontré con Participate Learning; completé la solicitud online y al poco tiempo me contactaron para tener una entrevista vía Skype. Después de eso me solicitaron que cargara la documentación necesaria y me llamaron para tener una entrevista presencial en Buenos Aires”, narra Rudiander Conte.
“Fue todo bastante simple; ese proceso que empezó como un ‘a ver qué onda’ se hizo realidad muy rápido, la verdad que no lo podía creer. En diciembre ya me estaban contactando con una escuela que estaba interesada en mi perfil y ese mismo día me hicieron la oferta laboral. Acepté y me empezaron a orientar para conseguir la visa”, agrega.
Cabe aclarar que los docentes seleccionados deben aplicar a una visa J-1, un permiso de trabajo para no-inmigrantes. A priori, esto les permite ejercer la profesión en el país norteamericano durante un año, pero puede extenderse hasta un máximo de tres.
Además, este tipo de visa le permite tanto a hijos como cónyuges de su portador aplicar a la J-2, otra visa que también les permite residir de manera transitoria en Estados Unidos e incluso trabajar allí.
Aterrizaje y estándares de vida
“La verdad es que Participate Learning me ayudó mucho: ellos costearon mi pasaje, me dieron un celular con un número estadounidense apenas llegué, abrieron mi cuenta bancaria acá y me asignaron a un consejero, quien me dió una mano para conseguir departamento”, dice Rudiander Conte, y completa: “estuvieron muy presentes desde el inicio y no solo en lo didáctico sino también en lo emocional; me sentí muy acompañada”.
Al ser consultada sobre la diferencia entre los estándares de vida en ambos países, la profesora contesta que le resulta difícil hacer una comparación. “Nosotros venimos justo de Tierra del Fuego, que es una provincia con costos muy diferentes a los del resto de la Argentina, y por suerte no teníamos dificultades económicas. Pero sí es cierto que vivir acá es más caro, sobre todo en nuestro caso, que somos una familia de cuatro con dos niñas; además tenemos un perro, que acá representa un gasto grande”.
Un sueldo en dólares, sí, ¿pero alcanza?
Según Participate Learning, los postulantes de este programa pueden acceder a un sueldo anual de aproximadamente US$ 37.000.
“Si mi familia y yo tuviéramos que vivir con eso acá, podríamos hacerlo, pero estaríamos muy justos”, cuenta Rudiander Conte “por suerte mi marido también pudo conseguir trabajo; eso nos permite estar más tranquilos”.
“No es que me puedo dar grades lujos, pero estoy en una situación que me permite ahorrar o viajar un poco”, agrega y concluye: “Pero cada situación es muy diferente; me imagino que mi escenario no debe ser el mismo que el de alguien que viene solo, por ejemplo”.
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