Para cuantificar la influencia de las nuevas regulaciones el Instituto de Investigaciones Económicas de la BCC realizó una comparación entre la evolución del salario y el precio de un alquiler promedio, desde el año y medio transcurrido desde la promulgación de la Ley y del periodo análogo previo a su vigencia.
“Los números permiten observar que, previamente a las nuevas regulaciones, el salario avanzó por encima del incremento en el precio de los alquileres, acumulando en estos 18 meses un incremento del 61,3% en salarios frente al 49,1% de los alquileres”, explican.
Sin embargo, desde la entrada en vigencia de la nueva Ley, el precio de los alquileres acumuló una suba del 84,3%, superando así inclusive a la inflación, que además también resultó mayor (80,9%) a la del año y medio previo a la Ley (74,7%).
Los salarios formales no pudieron seguir el ritmo de aumentos en los alquileres, limitando así el acceso a las viviendas en un contexto económico adverso.
“Por eso hoy un alquiler promedio en la ciudad de Córdoba equivale al 29% de un salario promedio en el sector formal de la provincia, quebrándose la tendencia que se observaba previo a la aplicación de la Ley”, aseguran.
“El regreso de la indexación de los contratos y regulaciones innecesarias a través de la nueva Ley resultaron a las claras en un grave error de diagnóstico por parte de los hacedores de política, limitando el acceso a los alquileres e incrementando las desigualdades, al verse más perjudicados aquellos más vulnerables que no solo no cuentan con la capacidad financiera de soportar la elevada carga que significa un alquiler, sino que además vieron más afectados sus ingresos por la crisis de la pandemia y que además ahora deben enfrentarse a exageradas barreras de entrada a la hora de alquilar, como son las garantías requeridas por Ley y los costos asociados a registrar el contrato de locación”, concluyen.
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