“La coherencia empresarial consiste en mantener una actitud lógica y consecuente con los principios y valores cultivados dentro de una organización”, explicó Suárez. Para abordar este concepto, es crucial primero identificar y definir los principios y valores que constituyen la esencia de la cultura organizacional deseada. Según Suárez, estos valores no se limitan únicamente a los éticos y morales, como la honestidad, la responsabilidad o el compromiso, sino que también abarcan aspectos valorados en el entorno laboral cotidiano, especialmente en momentos críticos. Por ejemplo, algunas empresas valoran el orden y la estética, mientras que para otras, la rentabilidad, productividad, dinamismo y proactividad son fundamentales.
Para determinar el nivel de coherencia en una organización, Suárez subrayó la importancia de comenzar por identificar estos valores desde una perspectiva micro hasta una macro. “Una forma efectiva de iniciar este diagnóstico es enfocarse en los directivos y líderes que toman decisiones estratégicas, para luego extender el análisis a las distintas áreas y equipos”, afirmó. Es esencial considerar diversos puntos del mapa estratégico, como la misión, visión, objetivos a corto y mediano plazo, las personas involucradas, planes de contingencia, estilos de comunicación y herramientas de gestión y control. “Todo esto ayuda a delinear el ADN en valores que se cultivan en la empresa”, añadió.
Una vez identificados al menos cinco valores principales necesarios para el crecimiento y alineación con los objetivos deseados, es crucial evaluar si el capital humano de la organización posee estos valores. Suárez destacó que si se detecta alguna incoherencia, es posible implementar programas de capacitación y desarrollo como parte de un plan de carrera. Además, esta claridad debe aplicarse en los procesos de selección de nuevos colaboradores, estableciendo estos valores como requisitos no negociables.
“Preguntas clave para lograr la coherencia incluyen: ¿Para qué se hace lo que se hace en cada área? ¿Qué se espera como resultado final? ¿Cómo se deben alcanzar los objetivos?”, indicó Suárez. La coherencia empresarial fomenta la transparencia y, por ende, la confianza. “Cuando hay confianza en el ambiente laboral, los empleados experimentan mayor bienestar, menor estrés, mayor productividad y previsibilidad, lo que aumenta el entusiasmo en el día a día”, concluyó.
En conclusión, Lovvi y la Lic. Melisa Suárez destacan que la coherencia empresarial es fundamental para el bienestar general y la mejora del clima organizacional, promoviendo un entorno de trabajo más saludable y eficiente.
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