Mi patrimonio es mío, mío, mío
Norberto Rodriguez Vaquero: “No comparto el criterio de gravar los bienes de un sucesorio. Esto de reducir las desigualdades, resulta un desatino. El premio al esfuerzo y sacrificio que hago yo -por caso- es dejar mi patrimonio, legítimamente obtenido a mis hijos. El régimen sucesorio de nuestro Código Civil se desploma con un gravamen que se suma a los sellados y tasas que se aplican a la transmisión gratuita de bienes, y aparece el Estado participando -injustificadamente- de un patrimonio al que le quita un porcentaje en función del impuesto. Si una persona no hereda, no se trata de una desigualdad, o discriminación de la que yo sea sujeto activo”. (NdelE: Norberto, respeto tu opinión, pero me parece que en materia de desigualdad social estás viendo otro canal... En este estado de cosas, tu patrimonio legítimamente obtenido va a peligrar de maneras más violentas).
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