La industria del Real Estate se encuentra ante la expectativa de un 2025 de importante salto para las desarrolladoras, en el marco de una serie de condiciones de mercado que empiezan a darse favorablemente, pero mantiene la preocupación sobre el impacto de los cambios normativos ya implementados en la Ciudad de Buenos Aires interpretados como un cambio de reglas para el inversor.
En el marco de la Expo Real Estate que culmina hoy en el Hotel Hilton de Puerto Madero, los desarrolladores tuvieron un encuentro con el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y con el secretario de Desarrollo Urbano Alvaro García Resta, en el que se buscaron algunas certezas y compromisos de diálogo para que el reordenamiento tenga el menor impacto posible en los proyectos que tiene la ciudad.
La semana pasada el Gobierno de la Ciudad suspendió los permisos de las construcciones y reformas inmobiliarias por 180 días o hasta la sanción del nuevo Código Urbanístico (CUR) con el objetivo de evitar construcciones indiscriminadas e ingreso de autorizaciones apresuradas, lo que ya está disponible para su análisis en la Legislatura.
Propuesta
"Nuestro objetivo con la actualización del Código Urbanístico es preservar la identidad de cada barrio sin frenar el desarrollo y el crecimiento económico. No se trata de estar a favor de uno ni en contra de otro, sino de equilibrar ambos con la responsabilidad de garantizar el desarrollo sustentable y sostenible", explicó Macri a los referentes del sector.
En su presentación, el Jefe de Gobierno resaltó entre los ejes de los cambios la búsqueda de mayor desarrollo en la zona sur de la Ciudad mediante un sistema de incentivos y preservar el equilibrio y la identidad en los barrios bajos, pero les dejó un mensaje claro a los desarrolladores: "Hay que sentarse a una mesa de acuerdos, pero siempre respetando el derecho y la propiedad privada. Porque lo que yo quiero es que sean exitosos".
Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), destacó el compromiso del Jefe de gobierno porteño de impulsar la aprobación del nuevo CUR durante la vigencia de los 180 días de suspensión de los trámites y la ratificación pública de que la suspensión no se extenderá a otra zonificación.
"Es muy bueno tener un diálogo adulto y fluido con el jefe de gobierno, poder decirle lo que nos preocupa, que nos entienda y que podamos llegar al mejor acuerdo posible. Pero lo más importante: acordamos que tenemos que trabajar en equipo para impulsar el acceso a la vivienda para la clase media en Buenos Aires, ahora con crédito hipotecario" dijo Tabakman al resaltar que la ciudad tiene potentes herramientas para ayudar a lograrlo.
La medida había generado el rechazo de la CEDU, pero también de la Asociación Empresaria de la Vivienda (AEV) y de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), por considerarla una medida inadecuada que pone en riesgo los proyectos e inversiones de un sector que en la Ciudad suma 5020 empresas que emplean a más de 83.000 personas, entre constructoras e inmobiliarias.
Propuesta
"Nuestro objetivo con la actualización del Código Urbanístico es preservar la identidad de cada barrio sin frenar el desarrollo y el crecimiento económico. No se trata de estar a favor de uno ni en contra de otro, sino de equilibrar ambos con la responsabilidad de garantizar el desarrollo sustentable y sostenible", explicó Macri a los referentes del sector.
En su presentación, el Jefe de Gobierno resaltó entre los ejes de los cambios la búsqueda de mayor desarrollo en la zona sur de la Ciudad mediante un sistema de incentivos y preservar el equilibrio y la identidad en los barrios bajos, pero les dejó un mensaje claro a los desarrolladores: "Hay que sentarse a una mesa de acuerdos, pero siempre respetando el derecho y la propiedad privada. Porque lo que yo quiero es que sean exitosos".
Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), destacó el compromiso del Jefe de gobierno porteño de impulsar la aprobación del nuevo CUR durante la vigencia de los 180 días de suspensión de los trámites y la ratificación pública de que la suspensión no se extenderá a otra zonificación.
"Es muy bueno tener un diálogo adulto y fluido con el jefe de gobierno, poder decirle lo que nos preocupa, que nos entienda y que podamos llegar al mejor acuerdo posible. Pero lo más importante: acordamos que tenemos que trabajar en equipo para impulsar el acceso a la vivienda para la clase media en Buenos Aires, ahora con crédito hipotecario" dijo Tabakman al resaltar que la ciudad tiene potentes herramientas para ayudar a lograrlo.
La medida había generado el rechazo de la CEDU, pero también de la Asociación Empresaria de la Vivienda (AEV) y de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), por considerarla una medida inadecuada que pone en riesgo los proyectos e inversiones de un sector que en la Ciudad suma 5020 empresas que emplean a más de 83.000 personas, entre constructoras e inmobiliarias.
Los reparos del sector
Gustavo Llambías, socio de Real Estate Developers y vicepresidente de la AEV, explicó: "El Poder Ejecutivo tiene la facultad de proponer las modificaciones porque el propio código tiene una instancia de revisión y no nos oponemos, pero nos parece objetable que se apliquen decretos suspensivos de ciertas zonas porque una ley se cambia por la que sigue para darle tranquilidad al inversor".
"Está de por medio la confianza de los inversores y si se las medidas se malinterpretan las inversiones se paran -dijo Llambías. Los proyectos del microcentro por dificultades de caja del gobierno no se van a suspender, pero hay un impacto. Sí, hay un efecto indirecto de otros proyectos que requieren un mensaje muy claro para evitar que los que pueden avanzar no se detengan porque son leidas por el mercado como inseguridad jurídica".
Por su parte, Manuel Estruga, CEO y fundador de Fidez Group, aseguró que la presente discusión "tiene mucho impacto en el sector, porque todo cambio de códigos urbanísticos, reglas de juego o capacidad edilicia y de incentivos para una zona tiene que ser a largo plazo. El sector piensa a 8, 10 o 20 años según el desarrollo y eso requiere estabilidad por lo que hay que ver los alcances de los cambios".
"Las empresas -agregó- están en plenas negociaciones y están a la espera de la nueva reglamentación y entender la letra chica porque cambia la regla de juego y eso implica perder plata. La transición es importante para respetar los que compraron los terrenos y tienen los planos y cambiar las reglas para lo nuevo. En Argentina estamos en una transición de un modelo de país a otro, de un modelo de negocios a otro e incluso en la forma de acceder a la vivienda".
Debate abierto
En el último tramo de las jornadas, el secretario de Desarrollo Urbano aseguró que en ese esfuerzo de ciudad la identidad barrial, el debate que se genera ahora para la discusión del nuevo CUR encuentra al gobierno porteño "abierto a compensar las reformas" con propuestas que permitan la sostenibilidad de los desarrollos.
En ese esquema, García Resta también se refirió al futuro del microcentro que tendrá un capítulo en el ajuste del código, incluso "generando su propio sistema de emisión y recepción de metros, creando situaciones de mayor valor o conveniencia para una inversión y en condiciones adecuadas para competir con otras zonas".
De la misma manera, se analiza la protección del patrimonio arquitectónico que "hay que hacerlo sostenible en el tiempo y económicamente, por lo que se analizan incentivos para que esas restricciones al dominio se puedan transferir y generar nuevos metros", reseñó.
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