Al considerar seis dimensiones de vulnerabilidad, Unicef junto a un grupo de investigadores llegó a la conclusión de que el 38% de la población argentina era pobre al primer semestre de 2018 por tener privaciones en al menos uno de los derechos básicos. En tanto, el 48% de los niños, niñas y adolescentes sufren esta situación.
Se trata de 17 millones de personas de la población total y 6,3 millones de menores de 18 años.
El indicador de pobreza multidimensional se basa en la encuesta permanente de hogares del Indec, y considera las dimensiones que vulneran los derechos de la infancia y la adolescencia: educación, protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico, acceso al agua segura y un hábitat seguro.
Los valores son más altos que los que muestra el Indec, que solo mide la pobreza por ingresos y se resiste a sintetizar la pobreza multidimensional.
Al primer semestre, la pobreza monetaria alcanzó al 27% de la población total, unas 12 millones de personas. Pero recayó especialmente en los niños, niñas y adolescentes: 42%, o 5,5 millones de personas menores a los 18 años. (Unicef mide la pobreza en los niños de 0 a 17).
Al integrar ambos métodos, el estudio concluyó que 16,3% de la población es pobre, unas 7,2 millones de personas. Es una magnitud menor, pero que muestra el núcleo de "pobreza dura".
En tanto, el 26,9% de los menores de 18 años es pobre, unas 3,5 millones de personas. Lo que significa que del total de pobres, casi la mitad son niños, niñas y adolescentes.
Y los indicadores son más altos donde el jefe de hogar tiene bajos niveles educativos, empleos informales o inestables.
Y si bien se observa una caída de los indicadores desde 2006, todavía no muestran el impacto de la aceleración de la inflación producto de la devaluación. Lo que derivará en una medición más alta en el segundo semestre del año.
"Está metodología multidimensional permite identificar un conjunto de niños, niñas y adolescentes que no son pobres por ingresos, pero experimentan al menos una privación en aspectos no monetarios y que representan casi 3 millones de chicos que, si no se midiera de esta manera, quedarían invisibilizados", dijo Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social de Unicef Argentina.
Se debe a que los programas de transferencias, como la AUH, alivia la pobreza por ingresos pero no el resto de las dimensiones.
Unicef presentó el indicador al Gobierno para que haya una medición oficial que considere otros aspectos además de los materiales. Pero el Gobierno todavía teme oficializar estos datos multidimensionales.
Para Unicef, se trata del punto de partida para que el Estado pueda implementar políticas de reducción de la pobreza multidimensional, de acuerdo a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU de reducir al menos a la mitad la pobreza para 2030.
Colaboraron con Unicef, la Universidad de Salta, la Universidad General Sarmiento y Equidad para la Infancia.
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