Con el principal fabricante local de repelentes trabajando al tope de su capacidad, otras marcas refuerzan la importación de un insumo clave para intentar responder al pico de demanda -y, en consecuencias, faltantes- que generó la disparada de casos de dengue en la Argentina.
Como sucedió en enero con la anterior invasión de mosquitos, en una temporada con ventas récord para el sector, los fabricantes más chicos refuerzan las compras en el exterior de deet. También, de icaridina. Este es otro principio activo que, menos agresivo por su nivel más bajo de toxicidad, suele utilizarse en bebés y niños, y deja la piel más suave. En cambio, cuanta más concentración de deet contiene el producto, más fuerte y eficaz resulta.
Así, buscan competir contra SC Johnson y morderle share, en un escenario en el que el mayor productor de repelentes, tabletas, insecticidas y espirales no está pudiendo responder a la alta demanda.
La multinacional estadounidense y dueña de las marcas OFF!, Fuyi, Raid y Baygon concentra más del 80% de las ventas de la industria. Y, por más que reponga stocks, la abrupta demanda supera su capacidad de producción, por lo que no hay certeza de cuándo estarán abastecidas cadenas de supermercados y farmacias.
En los últimos días, sus productos desaparecieron de las góndolas, especialmente, los repelentes en todos sus formatos: aerosoles, spray y cremas en sus distintas variantes. Los comercios no tienen fecha de cuándo les entrará mercadería.
En la industria, aseguran que todo dependerá de cómo evolucion,e el brote epidemeológico, que representa una escalada histórica en la Argentina, con 151.000 casos confirmados y 106 fallecimientos a nivel nacional y a la espera de que se implemente de forma masiva la vacuna.
Así es que, en la última semana, los productores más chicos reforzaron los pedidos en el extranjero, como Algabo. La firma es dueña de la marca Stop Vais y produce para terceros, como Farmacity y Dia, en su planta de Tortuguitas, donde, en diciembre, anunció una inversión de u$s 3 millones.
Implementó cargas aéreas cada 10 días para importar deet directamente desde China, cuando suele traerlo por contenedores en barcos, que tardan hasta 60 días en llegar a la Argentina.
"En enero, se agotó en siete días el insumo a nivel local tanto para los que importábamos de forma directa como para los proveedores que se dedican a la venta interna. A los cuatro días de cuando llega, ya repartimos nuestros productos a distribuidores. Luego, tenemos cuatro días ociosos hasta que vuelve a entrar deet al país", explicó Andrés Bollati, hijo de Alberto, CEO y fundador de la firma, y gerente.
Sólo en enero, Algabo vendió el 70% de la proyección prevista para todo 2024. "Por eso, estamos trayendo constantemente el insumo. Ya llegamos a casi 2 millones de unidades en lo que va del año, cuando años atrás lo habitual era entre 300.000 y 400.000", señaló el ejecutivo de la compañía que tiene un 10% del share.
"Traer el deet por vía aérea es caro. No solemos traerlo de esta forma por eso. No obstante, decidimos no trasladar este incremento en los costos al producto final. La prioridad es acompañar el bolsillo del cliente y ganar fidelidad y share. De seis referencias que producimos, dos van a rentabilidad negativa", destacó Bollati.
Sobre el abastecimiento a la mayor demanda, el ejecutivo aclaró que "todo dependerá de si la competencia logra dar a basto". "Con el fin de semana largo, se complica aún más la logística. Nosotros tratamos de que cada unidad que se produce llegue rápido al consumidor. No estamos preparados para abastecer todo el consumo argentino", argumentó en relación a la incapacidad de absorber por completo la demanda que recibe SC Johnson.
En tanto, Queruclor fabrica todos los días en su planta de Garín, provincia de Buenos Aires, Aktiol y repelentes para terceros. "Tenemos stock y estamos despachando producto a diario. Únicamente estamos elaborando aerosol, no cremas. Porque la demanda está concentrada en ese producto y no hay tantas opciones en ese formato", afirmó Walter López, cofundador de Queruclor.
La firma trabaja con un proveedor que importa el deet. "Estamos abasteciendo la demanda, pero la venta avanza más rápido que la reposición. Por eso, hay precios abusivos por parte de los comerciantes. Un aerosol nuestro que debe salir $ 3000 se está vendiendo en algunos lados a $ 10.000", argumentó López.
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