Un reciente estudio titulado “Consumo de lactosa y su relación con síntomas en la República Argentina” analizó los hábitos de más de 2.000 personas, incluyendo pacientes con celiaquía, síndrome de intestino irritable y la población general.
A través de una encuesta anónima realizada entre abril y junio de 2024, se evaluaron antecedentes de salud, consumo de lácteos, síntomas relacionados con la lactosa y cambios en el estilo de vida, ofreciendo una visión integral sobre el impacto de su ingesta.
Según Alejandra De Dona, licenciada en nutrición e integrante del Departamento de Información Nutricional de Mastellone Hnos., el estudio surgió ante la falta de datos locales sobre la prevalencia de la intolerancia a la lactosa. “Aunque hay productos especializados hace décadas, en Argentina aún no sabemos cuántas personas realmente la padecen. Este estudio es el primer paso para abordar y entender mejor la problemática”, explica De Dona.
¿Por qué cada vez más personas parecen ser intolerantes a la lactosa?
Las personas que tienen intolerancia a la lactosa no pueden digerir el azúcar (lactosa) que contiene la leche, lo que provoca síntomas como hinchazón, gases y diarrea. Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es la creciente cantidad de personas que reportan síntomas relacionados con la lactosa. El estudio reveló que el 73% de los encuestados experimenta malestar digestivo tras consumir lácteos, pero solo el 23.8% tiene un diagnóstico médico. En cambio, el 38.3% cree ser intolerante basándose solo en sus síntomas.
“El aumento en la visibilidad de la intolerancia puede no ser necesariamente un aumento en la prevalencia, sino una mayor conciencia sobre la condición y un interés generalizado por la nutrición”, señala la nutricionista.
Cabe aclarar que existen dos tipos principales de intolerancia a la lactosa: la primaria, la más común, ocurre con la edad por la disminución natural de la lactasa; y la secundaria, causada por enfermedades intestinales como la celiaquía o por una mayor sensibilidad en casos de síndrome de intestino irritable.
El impacto del autodiagnóstico en la salud nutricional
El estudio también alerta sobre los riesgos asociados al autodiagnóstico, algo cada vez más frecuente entre quienes creen ser intolerantes a la lactosa. El 56.5% de los encuestados modificaron su alimentación para evitar molestias sin consultar a un profesional. “El autodiagnóstico lleva a restricciones innecesarias. No se debe restringir el consumo de lácteos sin la supervisión de un médico. Los lácteos son una fuente clave de calcio, nutrientes, de vitaminas A y D, y deben ser parte de una dieta equilibrada”, comenta Alejandra.
Mastellone Hnos: un portafolio de productos adaptados
A raíz de este estudio, la compañía a través de su principal marca La Serenísima sigue ofreciendo al mercado una amplia variedad de productos reducidos y sin lactosa. “La Serenísima ofrece una amplia gama de productos desde leches, quesos, cremas hasta dulces de leche, todos adaptados para quienes necesitan eliminar o reducir su consumo de lactosa”, comenta la especialista.
Además, la compañía cuenta con un portafolio completamente libre de gluten, asegurando que sus productos sean inclusivos y accesibles para todos los consumidores. Estos productos se distribuyen en todo el país.
Un estudio que marca el camino
El estudio de Mastellone Hnos. también tiene implicancias importantes para el futuro de la empresa. A través de la investigación científica, la compañía busca no solo satisfacer las necesidades actuales de los consumidores, sino también anticiparse a futuras demandas y seguir innovando en el desarrollo de productos que promuevan una vida saludable.
“Este estudio es solo el principio de un compromiso continuo con la investigación y la innovación. Queremos seguir siendo parte activa de la conversación sobre la salud y bienestar de nuestros consumidores, ofreciendo alternativas que mejoren su calidad de vida”, concluye De Dona.
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