SE-RO (de Colonia Caroya) tiene la receta para permanecer muchos años en el mundo de ferreterías y corralones

(Por María Rosa Ponce) Una pyme familiar (matrimonio y dos hijos) apuesta a dar soluciones rápidas y competitivas a la hora de la construcción, reparación o mantenimientos de viviendas y edificios comerciales. Tres décadas que se sostienen a fuerza de empatizar con las necesidades de sus clientes.

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Emiliano Rossi, es la nueva generación de SE-RO Todo para tu casa, un joven Ingeniero mecánico que después de trabajar unos años en su rubro, decide junto a su hermana Eliana, Contadora y Lic. en Administración de Empresas tomar las riendas de la empresa familiar.

La misma fue fundada hace treinta años por su padres Olga Serafini y Daniel Rossi.

El presente de SERO, empresa nacida en Colonia Caroya y que hace cinco años escaló a Jesús María, es muy promisorio, ya edifican su propio local en la vecina ciudad, no paran de crecer y logran acuerdos abasteciendo a toda la región.

“Nuestro público objetivo es tanto el empresarial como el particular”, cuenta Emiliano, sabemos que asistimos especialmente aquellas familias que construyen o  mantienen su casa, edificio su empresa, apostamos a una atención personalizada, con servicio diferencial preponderando la necesidad del cliente”.

“El mundo de las ferreterías y corralones es un rubro muy competitivo, pero siempre hemos tenido los lineamientos de los fundadores”, asegura el comerciante, “buena atención, servicio de asesoramiento más allá de sólo vender. Empatizar con el instalador, albañil o particular brindando todo lo necesario para hacer frente a su trabajo”.

Sobre la coyuntura política y económica del país Rossi afirma “ Argentina tiene sus vaivenes lo que hace que tengas que estar stockeado permanentemente,  nuestro rubro es de “venta caliente”, quien asiste al local requiere de la mercadería con cierto grado de urgencia , de nuestros materiales dependen los trabajos de los demás siempre trabajamos bajo esa premisa”. agrega.

“No son tiempos fáciles, lleva mucho trabajo tener que salir al mercado con precio competitivo y valorando el precio y la calidad a la que acostumbramos a nuestros compradores pero estamos convencidos de que sostenerse y crecer es posible con previsión y disciplina”.

Los fundadores

El matrimonio de Olga y Daniel comenzó en su tierna juventud como la vida de comerciantes “arrancamos con una heladería, en invierno le agregamos kiosco y despensa para aumentar la facturación” cuenta Olga Serafini

Por años nos dedicamos a ese negocio, llegaron los hijos, los educamos, y Daniel empezó a buscar un comercio que le dejara al menos los domingos libres para compartir con la familia.

“Fue mi marido quien investigó sobre el rubro de las ferreterías, nos arriesgamos, e incorporamos una pequeña venta de insumos agregada los rubros que ya teníamos, la fusión duró dos años hasta que optamos por vender el negocio de alimentos y dedicarnos exclusivamente a la misma”.

Daniel recuerda que un día se le rompió un codo de agua y debió hacer cinco kilómetros para conseguir el repuesto por lo que allí se dio cuenta que faltaba el servicio, “es una anécdota, ahí empezamos a contactarnos con plomeros, instaladores, arquitectos, distribuidores con los que armamos de a poco la empresa”.

Cuando nuestro hijos crecieron les dimos una educación universitaria probaron unos años en sus profesiones y luego tomaron la posta de la empresa familiar 

“Es muy satisfactorio que puedan continuar con lo que construimos con tanto esfuerzo, ha sido un largo recorrido, pero estamos orgullosos de que lo hayan tomado con una fuerte decisión de salir adelante”, asegura Olga.

Para Daniel Rossi, la clave del crecimiento y la permanencia está en tener todo lo que pide el cliente “ siempre fue nuestra filosofía, si no había, se anotaba y se incorporaba inmediatamente al stock, hoy trabajamos para que la persona se lleve lo que busca o reemplazarlo con algo que le solucione la necesidad inmediata”.