¿Quién no ha lidiado con un mal líder en su trabajo? Y, viceversa, ¿quién no ha conseguido malos resultados por un mal desempeño de los colaboradores? La fundación Stylo Vital lanzó la Certificación en Competencias Gerenciales, un entrenamiento que involucra a todos los sectores de la empresa y que pretende mejoras humanas y, como corolario, de resultado.
Mariano Sórensen, abogado, especialista en recursos humanos, MBA y coach profesional, es el director de la certificación e indica que, según un estudio de la consultora Great Place to Work, el 85% de los líderes son malos: “No motivan a la gente, lo que provoca alta deserción de trabajadores en las empresas, justamente porque renuncian a esos líderes y no a la empresa en sí”. Asimismo, añade: “Este porcentaje nos arroja dos indicadores: por un lado, faltan mejores líderes y, por otro, gente que esté más empoderada”.
Ante este panorama, Stylo Vital propone un plan de entrenamiento intensivo de 4 meses para reforzar aquello que la empresa detecta o desea modificar o reforzar. “Buscamos enfocarnos en el líder, pero ante todo en la persona, tanto para aquellos que ocupan un puesto jerárquico como no”, apunta Sórensen y suma: “Actuamos en base a las prioridades. Lo primero que hacemos es un diagnóstico. Detectamos ciertos indicadores que queremos mejorar y hacemos prioridad en eso”.
El entrenamiento se realiza in company, y consta de 4 módulos: Management, Legal and Compliance, Coaching e Innovación y Tecnología. En cuanto a los costos, para una pyme, la certificación ronda los $ 25.000 y para una no pyme, el precio total es de $ 40.000, aproximadamente.
La labor de Stylo Vital es permanente en los meses que dure la preparación. En este sentido, se realiza en paralelo a la modalidad in company un sistema de trabajo on line con la empresa. “Nosotros enviamos un formulario y ellos deben reportarnos una especie de libro de campo con las actividades que se fueron realizando en el día a día. En base a ese reporte, vamos desafiando al mando medio a que continúe y sume conocimiento”, comenta Sórensen.
Según el especialista, los resultados han sido positivos en base al trabajo con las empresas: “Notamos no solo cambios estructurales, en el sentido que bajó el índice de rotación de una empresa, sino además cambios soft, es decir, de creencias”.
“No se trata de un espacio áulico donde se aprenden conceptos teóricos y uno se queda con eso, sino que es una preparación orientada 100% a la acción. La idea es que sea un espacio transversal de capacitación donde la persona vino de una forma y se vaya de otra”, concluye el abogado especialista en recursos humanos.
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