El informe relevó 172 empresas (pequeñas (37,21%), medianas (36,63%) y grandes (26,16%) en función de la facturación anual) y 184 jóvenes que egresaron de la escuela secundaria pública acompañados por Cimientos, una Ong que acompaña en la terminalidad escolar (hombres y mujeres de entre 18 y 24 años).
El informe busca dar cuenta de la percepción que tiene los jóvenes respecto a las dificultades que se les presentan a la hora de conseguir un primer empleo de calidad y formal, como así también la opinión de las empresas a los inconvenientes que se les presentan y las políticas de promoción del empleo joven que cada organización privada implementa.
A pesar de que el 46% de las empresas tiene dificultad para encontrar el perfil joven que requiere, más de la mitad no cuenta con programas de primer empleo. Esto tiene correlación directa con que el 83,2% de los jóvenes percibe como principal dificultad en la búsqueda de trabajo el requisito de experiencia previa.
Otras dificultades que perciben los jóvenes son la incompatibilidad horaria con sus estudios (52,2%) y la falta de oportunidades de trabajo formal (47,8%).
Las empresas destacan tres grandes categorías con relación a la temática: la falta de preparación o capacitación, la falta de compromiso o “cultura del trabajo” y un desacople de expectativas de los jóvenes con relación a lo que se puede ofrecer desde las empresas, principalmente en torno al concepto de “flexibilidad”.
“La juventud de nuestro país se encuentra en un laberinto donde la pobreza, la baja tasa de terminalidad educativa, la informalidad laboral y el desempleo les están impidiendo construir un proyecto de vida autónomo y en libertad. Esta encuesta demuestra que el título secundario es necesario pero no suficiente a la hora del primer empleo. Es muy importante entender cuáles son las dificultades de los jóvenes que ingresan al mercado laboral llenos de expectativas y sueños a cumplir pero se encuentran con serias dificultades. Todos los actores de la sociedad nos debemos involucrar activamente para trabajar a favor de la terminalidad educativa y apoyar un primer empleo de calidad y formal. La Argentina del mañana depende de lo que hagamos hoy por nuestras niñas, niños, adolescentes y jóvenes. El sector privado puede aportar ayudando a desarrollar la educación de sus comunidades e impulsando programas de empleo joven. Siempre mediante el trabajo mancomunado con el sector público y las organizaciones del tercer sector”, destaca Marcelo Miniati, director Ejecutivo de Cimientos.
“Es importante que los jóvenes puedan crecer en habilidades que mejoren su empleabilidad y que las empresas los acompañen en el proceso apostando a su formación y recordando que todos alguna vez arrancamos de cero. Para ello es fundamental que los líderes senior y los equipos de talento reconozcan su rol cerrando la brecha que existe entre la educación y el empleo. Una forma de fomentar la inclusión es mediante los programas de Early Career y otras iniciativas para las primeras experiencias, también se pueden crear comunidades virtuales, en las cuales se puedan establecer conexiones a través del networking. El objetivo es construir un mercado laboral inclusivo en el cual los empleadores puedan encontrar el talento joven que requieren para crecer y los jóvenes vivan su inserción como una etapa que, lejos de frustrarlos, los entusiasme y motive a desarrollarse”, complementa Alexandra Manera, directora de Recursos Humanos de Adecco Argentina & Uruguay.
Tu opinión enriquece este artículo: