La caída del poder adquisitivo en los últimos dos años fue obligando a los argentinos a reducir sus consumos. Y en algunos casos, directamente a darlos de baja.
Tres empresas dedicadas a la gestión de cobros de servicios registraron en mayo una notable reducción en la cantidad de operaciones: un 26% se salteó el pago de las expensas comparado con el mismo mes de 2019; un 17% debe la cuota de un posgrado en la universidad (o directamente abandonó el curso), y un 15% no pagó el abono mensual para tener seguridad y monitoreo privados.
Las cifras surgen de las bases de datos de compañías que procesan pagos de 15 millones de usuarios de forma presencial y virtual cada mes.
La explicación económica está a la vista: mientras los precios suben por el ascensor, los salarios intentan alcanzarlos, sin éxito, por la escalera. Según los cálculos de las consultoras privadas en base a la información oficial, el salario real cayó entre 6 y 7 puntos porcentuales entre mayo de 2021 y de 2019.
La comparación podría haber sido más benévola si el cotejo se hubiera acotado al último año, pero si se tiene en cuenta que en mayo 2020 aún regía la cuarentena estricta que afectó la actividad, entonces los datos hubieran sufrido un sesgo por el cierre de la mayoría de las actividades de la economía y seguramente esos resultados serían mejores en el Excel que lo que evidencia la calle.
Los ingresos de toda la población perdieron la carrera con la suba de precios relativos de la economía. Según el investigador del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) de la Universidad Nacional de La Plata, Leopoldo Tornarolli, los salarios crecieron 10,6 puntos porcentuales menos que la tasa de inflación acumulada en los últimos dos años. "Los empleados públicos perdieron 15.1 puntos; los no registrados, 12.7; y los registrados, 7.2", detalla.
Entonces, ¿de cuánto fue la pérdida del poder de compra? Matías Surt, economista jefe de la consultora INVECQ, estima que la caída del salario real fue de 6% en los últimos dos años. Pero si la comparación se hace entre mayo último respecto a igual mes de 2020, el derrumbe del poder adquisitivo fue de 3,3%.
"Es importante mirar la masa salarial, porque no sólo observa los ingresos si no también qué pasó con el empleo. En el último año, la masa salarial cayó algo menos de 2%; pero entre 2019 y 2021 la caída fue de 9 puntos porque se perdieron muchos puestos de trabajo", explica.
Los cálculos de Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de Equilibra, coinciden con los de Surt. Sus datos indican que la masa salarial se redujo 5,9% en 2019, pero colapsó 8,5% en 2020. Sin embargo, el rebote económico de este año está logrando que se recupere 2,5%.
"El año pasado no cayó tanto el salario comparado con la tasa de inflación. Pero en los últimos dos años se destruyeron cientos de miles puestos de trabajo", agrega el economista. Las estadísticas oficiales indicaron en marzo que hay al menos 100.000 trabajadores que no recuperaron su empleo en relación de dependencia que tenían antes de la Pandemia.
El dato no tan obvio fue la caída en los aportes a la Obras Sociales. Esa baja reflejó en mayo último una caída de 4% comparado con el mismo período de hace dos años. "La caída pronunciada del empleo registrado comenzó en 2019, pero se profundizó con la Pandemia. El empleo formal se contrajo en marzo último 4,5%", dice Anabel Chiara, economista de la subsecretaría de empleo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Según Chiara, es posible que ese dato refleje parte de las desvinculaciones laborales en el sector privado incluso desde enero.
Sin contexto, que los ingresos familiares se hayan derrumbado tres puntos en términos reales no pareciera ser un síntoma tan agudo. Pero si a la caída del poder adquisitivo se le adiciona la falta de ingresos por la pérdida laboral, la patología es bastante más grave.
Tan grave es el cuadro general que en lo que va del año cientos de miles de argentinos han tenido que elegir entre comprar alimentos y pagar el alquiler, cancelar servicios o entrar en mora con empresas proveedoras. La foto de mayo evidencia que la gente priorizó los gastos más básicos y demoró, por ejemplo, el pago de expensas (-26%) para llegar a fin de mes.
El impacto en gastos de recreación y actividad física fue mayor. En el último mes se saldaron 46% menos de abonos en clubes y gimnasios y se registraron 17% menos de devoluciones de créditos personales no bancarios. En total se pagaron: 14% menos cuotas de cementerios privados, 5% menos resúmenes de tarjetas de crédito, 4% menos facturas de gas y 2% menos pólizas de seguros.
"El pequeño comercio fue el que provocó las grandes caídas de pólizas para las aseguradoras. En solo un mes de Pandemia, perdí el 60% de los asegurados que tenía en cartera. Y eso arrastró todo lo demás", cuenta Fabián Gil, bróker de SVG Seguros.
Los datos relevados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) están en línea con las estadísticas del mercado. Según el informe que la entidad publicó en mayo, "el elevado nivel de endeudamiento de la población se notó en la cantidad de veces que el sistema informó de fondos insuficientes ante el uso de tarjetas de débito y crédito en los comercios".
Los servicios suelen ser los primeros que capturan el efecto negativo de la combinación de inflación alta y salarios atrasados. En los primeros cinco meses del año se ya se observa un delay en los ajustes paritarios. Es esperable, sin embargo, que el Gobierno logre achicar (un poco más) la brecha entre los ingresos familiares y los precios de la canasta básica con un esfuerzo fiscal adicional. No hay que olvidar que al final 2021 es un año electoral.
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