Un estudio de una consultora especializada reveló que los ingresos globales de las diversas plataformas de streaming alcanzarán los u$s 46.000 millones en ingresos en el transcurso de 2019, superando de esta forma y holgadamente a los cerca de u$s 40.000 millones que generará la taquilla de cine mundial durante ese mismo año.
La desaceleración en las salas norteamericanas y de Europa Occidental son las principales “culpables” de esta tendencia, según la firma Ampere Analysis, mientras los servicios OTT por suscripción continúan creciendo en todas las regiones.
En los Estados Unidos, los ingresos por streaming superaron a los de los cines ya en el año 2017, y de acuerdo al mismo informe el Reino Unido seguirá los mismos pasos para finales de este año, mientras que en China ocurrirá en 2019.
Al respecto, desde Ampere señalaron que los precios de las entradas al cine podrían ser un factor importante. En nueve de los 15 mercados analizados por la firma, el precio promedio de un sólo ticket es mayor que el costo de una suscripción mensual a un servicio SVOD (Subscription video on demand).
Como ejemplo, en México, un mercado con un alto índice de asistencia a cine, el precio promedio de un servicio SVOD es casi el doble del precio de una admisión al cine.
Los dos mercados con la asistencia más baja a las salas son Japón y Alemania.
En Argentina, el plan básico de Netflix cuesta $ 149; el estándar $ 219; y el premium asciende hasta los $ 299, mientras que una entrada promedio de cine cuesta $ 280, aunque un 60% de la gente utiliza promociones.
Un dato curioso es que en todos los mercados encuestados, los suscriptores a SVOD van más al cine que aquellos que no tienen algún servicio SVOD. Y en nueve de los 15 mercados analizados, los suscriptores dicen que asisten al cine al menos dos veces más que los consumidores que tienen el servicio.
“Nuestro análisis de consumidores en 15 mercados revela que pese a que existen diferencias en el costo de cine de acuerdo al país, claramente hay un interés por el contenido entre los consumidores, ya sea a través de la pantalla chica o grande”, comentó Toby Holleran, analista senior de Ampere Analysis. “La clave para los cines es que entiendan que mientras los suscriptores a SVOD van más al cine, no siempre es el caso. Por lo tanto, la experiencia compartida y precio de ver una película en la pantalla grande deben ser atractivas”.
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