El desempleo en el segundo trimestre fue de 13,1%, lo que significa un considerable incremento respecto al primer trimestre del año debido a la inactividad provocada por la cuarentena, y alcanza a 1,4 millones de personas en los centros urbanos relevados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
El informe, que es un muestreo sobre aglomerados donde habitan 28,6 millones de personas, arrojó que la población económicamente activa representa apenas el 38,4% del total (unas 11 millones de personas). En el primer trimestre, esta tasa era de 47,1% y en el segundo trimestre de 2019 alcanzaba el 47,7%, lo que muestra el fuerte impacto de la inactividad que implicó la cuarentena por el coronavirus.
Un 13,1% de la población económicamente activa (1,4 millones) está desocupado y busca empleo abiertamente, lo que representa 2,7 puntos porcentuales más que el 10,4% registrado el primer trimestre y nivel máximo desde 2005, según los registros del Indec, aunque a partir del segundo trimestre de 2016 la encuesta sobre la que se recolectan los datos cambió varios aspectos metodológicos.
Respecto al mismo período de 2019, se trata un aumento de 2,5 puntos por encima del 10,6% registrado entonces. Con la proyección a todo el territorio nacional, la desocupación alcanzaría a alrededor de 2,2 millones de personas, según estimaciones de analistas.
El otro dato severo pasa por la tasa de empleo, es decir aquellas personas que tienen trabajo, que se ubicó en apenas 33,4% de la población total (estimada en 45,4 millones de personas), 8,8 puntos porcentuales menos que el trimestre anterior y 9,2 unidades por debajo del mismo período de 2019.
En términos absolutos, el relevamiento arrojó que hay 9,5 millones de ocupados en los conglomerados analizados, cifra que si se proyecta a nivel nacional ronda los 15 millones.
Pero la cifra alarmante que se desprende del informe pasa por la contracción de la población económicamente activa, que está compuesta por los ocupados y los desocupados que buscan empleo, bajó de 13,5 millones del segundo trimestre de 2019 a 11 millones de este año en los centros urbanos relevados, lo que arroja una caída de 18,5% interanual.
Si se proyecta a nivel nacional, significa que hay cerca de 3,8 millones de personas menos buscando trabajo que las que había hace un año, lo que de alguna manera amortigua la suba del desempleo abierto, que incluye solo a la gente sin trabajo que está en búsqueda activa.
La consultora LCG estima que si la población económicamente activa volviera a esos niveles cercanos al 47% y se recuperara la mitad de los empleos perdidos, la desocupación alcanzaría el 20%. En el caso extremo de que no se crearan puestos de trabajo, el desempleo llegaría a 29%.
Todos estos magros datos de empleo coinciden con el derrumbe del PBI que tuvo lugar en el segundo trimestre, que fue el peor registro de la historia argentina al caer 19,1% interanual y 16,2% en relación con el primer trimestre.
Respecto a los ocupados, el 49% trabaja entre 35 y 45 horas semanales, mientras que el 11% trabaja menos de 35 (subocupados) y un 21% no trabajó en la semana del relevamiento. El resto, un 19%, lo hizo por más de 45 horas semanales y el informe los considera sobreocupados.
Además, de la porción de ocupados, el 76,9% es asalariado y de este segmento tres de cada cuatro trabajan "con descuento jubilatorio".
Respecto a lo que viene, las proyecciones de los analistas lucen sombrías. Según la mediana de respuestas de las consultoras que participaron de la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas de El Cronista (EMEC) de septiembre, en el tercer trimestre superaría el 14%, mientras que cerraría el año con una recuperación marginal en 14%.
Este escenario también podría verse promovido por una mayor cantidad de desocupados que pasen a buscar empleo abiertamente.
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