La volatilidad que se esta viendo en los mercados globales tiene impactos directos sobre la negociación de la deuda. Los desplomes de los precios de bonos de alto rendimiento (high yield) empujaron al alza las tasas de interés de dichos papeles.
De esta manera, se le genera un piso de tasa más alto a los nuevos bonos que puedan surgir de una eventual negociación de la deuda y así, restarle atractivo a que el acreedor acepte la propuesta si es que esta no es lo suficientemente buena.
Las importantes caídas en las acciones en Wall Street, así como también en el ámbito local amenazan con modificar el calendario de una eventual propuesta e incluso atentan con un cambio total sobre las mismas. Las acciones en Estados Unidos muestran perdidas en promedio del 23% al 25%. En este escenario, los bonos también se ven golpeados y evidencian fuertes caídas. De esta manera, los bonos de alto rendimiento registraron perdidas del 14% recientemente y los bonos de emergentes cayeron un 18% desde sus máximos en tan solo dos semanas.
Cuando el precio de los bonos cae, las tasas de interés se desplazan al alza de modo que todas las tasas de interés registraron fuertes subas. Esto tiene impactos en los bonos argentinos actuales y los que resulten tras la negociación de la deuda.
Hoy los bonos de alto rendimiento rinden en promedio 9,25% mientras que los bonos de grado de inversión rinden 3,9%. Por su parte, los bonos de mercados emergentes pasaron a rendir 7,45% en dólares. Las tasas se desplazaron fuertemente al alza ya que los primeros rendían menos del 5% hace tres semanas, los bonos grado de inversión rendían menos del 2% y los de emergentes menos del 4,5%. Esto hace imposible pensar que Argentina, con sus desequilibrios pueda rendir menos del 10%.
Los analistas de Delphos Investment explicaron en un informe que el impacto más directo que tiene el cambio de contexto global sobre la renegociación de la deuda es el "exit yield", es decir la tasa de descuento de la propuesta que hará el Gobierno.
“Hace apenas unos días, los bonos de alto riesgo rendían aproximadamente un 5% anual, lo cual daba margen para ilusionarnos con trabajar con una tasa de descuento para Argentina de un dígito (9%). Pero el cambio de contexto llevó a los bonos de alto rendimientos a subir sus rindes promedios en más de 2 puntos porcentuales, a niveles superiores al 7% anual. Asi, el ´exit yield´ argentino también se desplazó y podría ser ahora 11% o 12%. Este pequeño cambio en la tasa de descuento implica para una propuesta determinada una desvalorización de entre u$s 6 y u$s 10 por cada 100 valor nominal”, señalaron.
En otras palabras, este cambio en la tasa de interés que pueda surgir de los nuevos bonos hace que, para que la propuesta sea atractiva en determinados niveles de valor presente, el Gobierno se vería obligado a mejorarla respecto a apenas unos días atrás.
“Lo que antes nos parecía una tasa de salida razonable en valores del 9% al 10%, hoy cambió, y la respuesta de los bonistas frente a la propuesta del ministro, podría ser una exigencia de tasa de entre 11% y 12%. De este modo, el Gobierno podría verse obligado a presentar una oferta más atractiva que la prevista”, señalaron desde Delphos.
El escenario de pánico es tan importante que tanto los bonos de alto rendimiento como los de mejor calidad crediticia están bajo serio riesgo de caer en default. Los precios de los bonos se vieron fuertemente golpeados y todas las curvas de rendimientos de bonos corporativos y soberanos se desplazaron al alza. De hecho, los seguros de default para bonos corporativos de alto rendimiento y para bonos de mejor calidad crediticia (investment grade) se dispararon debido a la crisis desatada por el coronavirus .
La crisis global no solo golpea a los más débiles sino que también representa un test importante para las compañías más fuertes. El hecho de que la economía se detenga 14 días como ocurre en Europa genera complicaciones para todo tipo de deudor, ya sea de alto rendimiento como los de mejor calificación crediticia. Esto mismo se ve reflejado en los costos de protección contra default de bonos de mejor calificación crediticia en el mundo (investment grade), el cual alcanzó niveles de 2012. En dos semanas paso de niveles de menos de 50 puntos a casi 150.
Miguel Zielonka, director asociado de Econviews considera que en este contexto, nadie va a tener la cabeza preparada para evaluar una propuesta del Gobierno argentino y menos aún podrán definir cuál sería esa tasa de descuento post restructuración, que no solamente es incierta por la falta de definiciones de la argentina, sino que ahora se agrega el impacto global del cual no hay nadie vivo para ir a consultarle como fueron eventos similares en el pasado.
“Antes del coronavirus, la proyección de una tasa de rendimiento post restructuración era algo difícil de impactar en el precio. Los flujos son lo suficientemente inciertos como para aplicarles una tasa de interés. Además, la aparición del virus, más la guerra de precios del petróleo, constituyen eventos nuevos e inesperados que hacen que cualquier proyección se vuelva un ejercicio de magia”, sostuvo el especialista.
Por su parte, Agustin Arreguy, operador de Dracma agregó que el efecto de tasas de interés globales tan bajas no se va a poder aprovechar en Argentina y que juegan en contra de argentina y de la reestructuración de la deuda.
“Las tasas bajas se podrían llegar a explotar es que se tiene una situación de deuda más normal. Al contrario, creo que las tasas de interés yendo a cero se dan con huida de capitales de bonos de alto rendimiento (high yield), lo que afecta la tasa de salida de la eventual renegociación de deuda. La propuesta que vas a tener para ofrecer una reestructuración va a tener que incluir un exit yield más alto de lo que pensábamos hace unas semanas atrás”, comentó Arreguy.
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