Se avecina un mes complejo, que podría determinar en cierta medida el rumbo que tome la macro hasta las elecciones.
Desde Consultatio prevén que podría haber algo más de presión en la brecha cambiaria dados los factores estructurales como la menor demanda de dinero y la floja liquidación de dólares. Aunque no ven un escenario donde la brecha vuelva a cruzar la barrera del 100%, el grado de la presión que sufra dependerá de los factores que pueden inclinar la balanza para uno u otro lado, como es el caso del clima, las licitaciones de deuda, la resolución del canje de YPF, el dato de inflación de enero y el grado de avance con el FMI.
"Las necesidades de emisión seguirán elevadas, y las reservas netas seguirán por el piso, de modo que, aún reduciendo el déficit en un año electoral, y aún alcanzando los objetivos del Presupuesto, las tensiones cambiarias podrían reaparecer en 2021", advierten desde Ecolatina.
Sin acceso al mercado de deuda internacional, las dudas están puestas sobre cómo se conseguirán los dólares necesarios para el crecimiento y el fortalecimiento de las reservas. Las miradas recaen sobre la balanza comercial, pero el déficit de diciembre, el primero en 27 meses, parece alejar las esperanzas de crecer vía exportaciones. "El derrotero de la dinámica comercial abre la posibilidad a que se discuta cómo obtener dólares en el canal financiero. La ruta de la emisión de deuda en mercados voluntarios está vedada. Por esto, las esperanzas recaen sobre el financiamiento a través de organismos multilaterales de crédito. La primera e ineludible parada sigue siendo el FMI", apuntan desde GMA.
"Es también claro que las importaciones tenderán a crecer aún con la regulación gubernamental sobre algunos rubros importantes como el automotor", observan en Delphos.
Uno de los principales desafíos de este es la llamada "trampa de febrero": "Una conjunción de factores que tornan a este mes en un gran desafío para el Gobierno en múltiples sentidos", precisa un paper de Consultatio, que pasa a enumerar uno por uno:
1) Estacionalidad de la demanda de dinero: típicamente, febrero es el peor mes en términos de demanda de dinero. La caída de la demanda de pesos en el segundo mes del año oscila entre el 6% y el 2% respecto de un mes más "normal" como mayo. Además, esto se conjuga con vencimientos de poco más de $ 200.000 millones en febrero. La consecuencia de este fenómeno puede ser una mayor demanda de contado con liquidación (presión en la brecha) o de bienes (aceleración de la inflación).
Lo malo de 2021 es que la economía no llega en buena forma a febrero: la suma entre base monetaria y los vencimientos de deuda en pesos en enero de este año, como proporción del PBI, es mayor a la del año pasado, que fue más que desafiante. Si a dicho número se le suma los pasivos remunerados, febrero de este año luce todavía más desafiante. Más allá de los números, la ventaja ahora es que el mercado de deuda ya está normalizado y no existen instrumentos con una marcada presencia de inversores no residentes, como era el caso de feb-20 con el AF20 que, de hecho, no se pagó.
Febrero es un mes de caída en la demanda de dinero, y este año no se llega en muy buena forma, desde el punto de vista monetario
2) Liquidación de dólares del agro: febrero todavía suele ser demasiado temprano para la liquidación de dólares de la cosecha gruesa. Esto representa un problema porque la dinámica de la intervención del BCRA no ha sido buena en los últimos días: vendió u$s 250 M en los últimos 10 días calendario. Además, el nivel de reservas netas con el que se llega a febrero es el más bajo en mucho tiempo. Riesgo: febrero todavía suele ser demasiado temprano para que aparezca la oferta de divisas
3) Pronóstico climático: la delicada situación macro obliga a poner el foco cada vez más enfáticamente en las lluvias, evento climático necesario para que la cosecha pueda desenvolverse con la mayor normalidad posible, y de esa manera, que la liquidación de dólares no se resienta. La Bolsa de Comercio de Rosario redujo la estimación de la cosecha de soja en 500.000 toneladas, hasta 46 millones.
4) Vencimientos en dólares: la demanda de dólares para atender servicios de deuda asciende a u$s 550 M, es decir, más del 10% de las reservas netas. Por empezar, en febrero hay que pagar intereses con organismos internacionales por u$s 330 millones, de los cuales u$s 305 son con el FMI. Probablemente, el Gobierno utilice los Derechos Especiales de Giro (DEGs), pero eso no deja de implicar una caída en las reservas netas del BCRA. Además, se registran servicios de deuda corporativa por el equivalente a u$s 55 millones por intereses de obligaciones negociables de AES, MSU, AYSA, Transener y Telecom.
Por último, si el canje de YPF resulta exitoso, el BCRA deberá permitirle a la petrolera comprar divisas por el 40% de dicho vencimiento, que equivale a u$s 165 M (lo que corresponda a efectivo como endulzante del canje se abonará en febrero, cuando liquide el canje, mientras que el resto en marzo, cuando venza el 2021 y se tenga que pagar a los holdouts).
5) Estacionalidad del tipo de cambio: febrero está en el podio de los meses donde el tipo de cambio real (oficial) se deprecia más, probablemente. Con cepo, la demanda se canaliza vía el contado con liquidación y se traduce en una mayor presión en la brecha.
Febrero está en el podio de los meses donde el tipo de cambio real se deprecia más.
6) Presión en la brecha cambiaria: la estrategia de intervención en el mercado de bonos para controlar la brecha tiene "patas cortas" ya que es costosa en términos de reservas. Con la caída en la demanda de pesos en febrero, esta dinámica podría profundizarse.La monetización del déficit es un dato, por lo cual el Gobierno debe elegir entre perder reservas o controlar la brecha.
7) Vencimientos en pesos: los vencimientos en pesos durante febrero no representan una gran proporción de los vencimientos totales (solo un 9%, siendo abril, julio y agosto los más desafiantes con 17%, 13% y 17% del total); aun así, el Tesoro deberá renovar alrededor de $ 215.000 millones, explicados fundamentalmente por las LeDes y Lecer con vencimiento a fin de mes (26-feb). El 40% de estos vencimientos son con el sector público, básicamente ANSES (que tiene gran parte de la X26F1), lo cual debería hacer las cosas algo más fácil. Pero la complejidad del desafío pasa por otro lado: en un contexto en el cual la inflación y devaluación se aceleran, el Gobierno no solo mezquina tasa de interés sino que tampoco ofrece instrumentos cortos atados a la inflación.
8) Canje de YPF: la historia del canje de YPF impactó bastante mal en el mercado desde un punto de vista cambiario.
9) Aceleración de la inflación: el dato de diciembre dejó una sensación de preocupación, que podría confirmarse o calmarse un poco con el número de enero que se conocerá a mediados de febrero. El mayor ritmo de crecimiento de los precios, de acuerdo con la política cambiaria, implica una aceleración en el ritmo de devaluación, que ya corre muy por encima de la tasa de interés.Dada la reticencia del Gobierno, por el momento, a subir tasas de interés, una aceleración de la inflación podría transformarse en un problema cambiario (no solo monetario, social y político): generaría incentivos a financiarse en pesos para no liquidar a un oficial que corre más rápido que el costo de fondeo. El dato de inflación de enero será clave: podría confirmar la preocupación o neutralizarla por unas semanas
10) Acuerdo con el FMI:avanzar más decididamente en cerrar un acuerdo con el Fondo es la llave maestra para enfrentar exitosamente el resto de los desafíos de febrero.
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