Hace años, la seguridad electrónica se limitaba a cámaras de vigilancia y alarmas. Hoy, la evolución es notable. “Lo que antes era una cámara dentro de un banco, ahora se expande a drones y robots, que permiten no solo observar, sino también actuar y prevenir incidentes”, explica Gabriel Bruno, gerente de Marketing de Big Dipper.
Como te contamos aqui, Big Dipper comenzó como una empresa de equipos de iluminación y, con los años, se convirtió en importadora de tecnología para la seguridad electrónica.
Los robots cuadrúpedos, conocidos como “perritos”, fueron los primeros que la empresa trajo a la Argentina. Luego llegó el H1, su primer humanoide, y ahora el G1, que representa un nuevo hito en esta evolución tecnológica.
“La evolución de la robótica se mide no solo en hardware, sino también en el software, que se actualiza constantemente y amplía las capacidades de estos robots”, detalla el experto de Big Dipper.
Del H1 al G1: un salto tecnológico
El G1 resuelve varias limitaciones de su predecesor, el H1 (80 kg y 1.80 m), tanto en tamaño como en agilidad. Con 1.30 metros de altura y un peso de 35 kilos, el G1 es más pequeño y liviano, pero mucho más eficiente. “En solo dos años, la evolución tecnológica ha sido notable. Los motores, las baterías y los sensores han mejorado significativamente, lo que ha permitido que el G1 pueda escalar montañas y realizar tareas mucho más complejas”, comenta Gabriel Bruno.
Una de las características más destacadas del G1 es su impresionante estabilidad. “No importa cuánto lo empujes o intentes tirarlo: el G1 no se cae. Su diseño está pensado para mantenerse en pie en cualquier situación”, asegura el gerente. Además, otra de las innovaciones clave del G1 son sus dedos funcionales. “Este robot humanoide no solo tiene manos, sino dedos completamente operativos, diseñados para manipular objetos con precisión”, destaca.
Además de sus avances en diseño, el G1 incorpora sensores de última generación que le permiten navegar en entornos difíciles. Gracias a su radar topográfico y sus sensores de ultrasonido, puede percibir obstáculos incluso en la oscuridad o bajo condiciones extremas. Recientemente, una actualización le permitió dar un nuevo paso: ahora el G1 puede correr.
Unitree G1 Bionic: Agile Upgrade 🥰
— Unitree (@UnitreeRobotics) January 16, 2025
Unitree rolls out frequent updates nearly every month. This time, we present to you the smoothest walking and humanoid running in the world. We hope you like it.#Unitree #AGI #EmbodiedAI #AI #Humanoid #Bipedal #WorldModel pic.twitter.com/uM0DWJG5Ii
El G1 no solo es más avanzado técnicamente, sino que es altamente adaptable. Puede ser configurado para tareas como llevar un tubo de oxígeno en un incendio, asistir en operativos de seguridad o manipular objetos peligrosos en fábricas. “Desde la seguridad en un country hasta el control de entornos industriales, este robot potencia las capacidades humanas y permite realizar tareas que antes eran impensables”, agrega el gerente.
Robots para todos (o casi todos)
Aunque el G1 aún no está en comercialización, Big Dipper tuvo un gran éxito con los modelos anteriores. El H1, por ejemplo, tiene un precio de US$ 170.000, mientras que los cuadrúpedos van desde los US$ 4.000. “Los modelos de entrada, como el perrito que salta, lleva botellas y da la patita, se agotaron rápidamente. Vendimos casi 20 unidades en Argentina, principalmente a universidades, fuerzas de seguridad y empresas de control perimetral”, comenta Bruno.
Con la incorporación del G1 y sus nuevas actualizaciones, Big Dipper sigue apostando fuerte por la robótica en Argentina. Este sector, en constante crecimiento, no solo está revolucionando la seguridad, sino que también promete transformar industrias como la minería, el rescate y la logística. “La robótica no busca reemplazar a los humanos, sino ser una herramienta complementaria que amplifique nuestras capacidades”, concluye Bruno.
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