Desde que la firma cambió su imagen bajo el ojo del nuevo Director Creativo, Alessandro Michele, el juego de la industria, tanto de la moda como el de la comunicación y la publicidad, se transformó con la nueva estética de la marca.
En cuanto al área del diseño, su primera colección fue la masculina: una propuesta rompedora, basada en una estética andrógina y con aires de los años setenta. Con su primer trabajo, Alessandro no quería pensar en moda sino en términos de actitud, un sentido de belleza para una firma tan antigua y seductora como lo es Gucci.
Destruyó todo lo anterior: “creo que nos hace falta soñar”, mostrando la idea de algo romántico, onírico, como de película.
Y así fue: tapados, sweaters y pantalones, con estampados y bordados, excéntricos y recargados, con animales sacados de libros medievales de fantasía, con la famosa serpiente de coral que hoy vemos en todas las prendas de marcas locales y de tiendas departamentales, con géneros y cortes como si hubieran sido sacados de un sueño.
Esa obsesión por la nueva imagen se contagió, logrando al año siguiente, que todos se inspiraran en eso: tanto en el estilismo descontracturado que no seguía ninguna regla, como en los parches y bordados aplicados a zapatillas, zapatos, camperas, etc.
Ahora sí, abrí tu ropero o salí a mirar vidrieras, y contá cuántas prendas con esos recursos ves o tenés, ¡a ver si ya te contagiaste del fenómeno Gucci!
Guccification (el “virus” que inoculó Alessandro Michele)
(Por Facu Alv) Imposible decir que no has visto lo nuevo de Gucci ya sea en pasarela, en una publicidad, en Instagram o en uno de sus fashion films en Facebook.
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