El hijo del fundador, también llamado Helmut, a los dieciocho años se trasladó a La Cumbrecita para diseñar y desarrollar el loteo, lo que se conoce hoy como casco histórico. La casa en la que hoy funciona el restaurante fue el espacio –estudio- en el que germinaron esas ideas. El joven Helmut había estudiado en el Instituto Goethe en Buenos Aires, pero por la guerra mundial, nunca logró obtener la constancia del título, eran tiempos difíciles, lo que también le vedó la posibilidad de asistir a la universidad. “Su padre le consiguió los libros y en La Cumbrecita aprendió de manera autodidacta todo lo referido a la construcción, arquitectura e ingeniería” cuenta Ingrid Cabjolsky, nieta del fundador e hija del desarrollista del pueblo en su charla con Infonegocios.
Helmut 's Bar Restaurante es además una especie de museo, por distintos rincones de la casona se encuentran elementos de trabajo, herramientas útiles para el diseño de planos, todo lo relacionado a la actividad.
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Ingrid nos adelantó que viene trabajando en una serie de fotos, planos y documentos que estarán en exhibición en el lugar relacionados a grandes obras que realizó su padre a lo largo y ancho de Argentina.
“Su especialidad fueron los puentes, lo que hace posible que la gente se comunique, solía decir mi padre”. El puente internacional que une Argentina con Paraguay vía Posadas-Encarnación y que es para automóviles y para el tren fue una de las majestuosas obras que aportó para nuestro país. Otro puente emblemático que desarrolló fue el que une a la ciudad de Colón (Argentina) con Paysandú (Uruguay). “Estas obras y varias más las realizó con su socio, quien contaba con el título de ingeniero y con quien conformaron la empresa de Ingeniería Estructural Cabjolsky – Heckhausen” nos relató Ingrid, por supuesto orgullosa de su padre y que por tal motivo, a manera de homenaje incorporará próximamente esa galería que vincula a Helmut con el desarrollo de Argentina.
En la región, más modestos, el antiguo puente de Intiyaco por sobre el río Los Reartes y en La Cumbrecita la estructura del hoy denominado puente peatonal que permite el acceso al casco histórico también fueron realizados por él.
“Además del homenaje a mi padre, considero que hay mucha gente a la que le gusta la historia” agregó.
Helmut Bar Restaurante
Además de proponer lo clásico que es lo que busca el visitante, que es lo típico alemán: el goulash con spaetzle, salchichas alemanas con chucrut Knackwurst, kassler, le sumarán otra variedad de platos alemanes con impronta cumbrecitana e incorporarán la cazuela de cordero serrano.
En cuanto a bebidas: vinos de la región, cerveza artesanal Wildermann y agua mineral de La Cumbrecita. La Repostería centroeuropea es una de las exquisiteces más requeridas, allí se destacan el strudel, Cremschnitte: una torta muy especial típica alemana con masa de hojaldre y una crema de vainilla en el centro, se recomienda la copa Helmut que es un copa helada, y hay otros tradicionales entre los que asoman los panqueques con dulce de leche.
Las tardes son ideales para tortas, tostados, brusquetas, picadas, rabas súper ricas con una crema de palta y otros salados.
El Paseo Helmut
A lo que fue la casa del fundador ahora se sumó Paseo Helmut's, un lugar en medio de la naturaleza, en un recodo del río pero siempre dentro del casco histórico, en el que el turista podrá encontrarse con algunos productos que se elaboran en el pueblo como la cerveza artesanal cumbrecitana Wildermann, la fábrica de chocolates Posada Encantada, fábrica de cerámica artesanal Muk Cerámica, regalaría de decoración con motivos de La Cumbrecita -hongos, duendes, etc-, tienda informal de indumentaria para toda la familia “Inefable”y Blau Plata 925 accesorios.
En el ingreso de lo que hoy es el paseo había un cedro que se encontraba deteriorado y con serio riesgo de caer, Ingrid convocó al artista Luis Carlos Pérez para que tallara una escultura con la imagen de Helmut, quien hoy les da la bienvenida a quienes se acercan al lugar, pero esa historia es para otra nota.
Ingrid Cabjolsky nos demuestra que el legado y el espíritu están intactos en la tercera generación.
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