El ecobarrio de Salsipuedes ya tiene 20 casas construidas.
Está ubicado sobre la ruta E-53 y de los 38 lotes sólo quedan disponibles siete. El m2 se comercializa a 90 pesos. Las casas se realizan con materiales y diseños ecológicos. “Es un proyecto de vida con sentido social, que cuenta con energías alternativas, bio-construcción, plantas fito-depuradoras y huertas orgánicas”, precisa la arquitecta Isabel Donato, a cargo del proyecto que comenzó hace cinco años. La iniciativa prevé una “fábrica” para industrializar los materiales usados en las viviendas, pero ese proyecto aún está buscando financistas.
Hoy Villa Sol tiene 20 casas construidas, cuyos diseños fueron incorporadas al código de edificación de la ciudad cordobesa.
“Una Villa Ecológica es un proyecto de vida con sentido social, que cuenta con energías alternativas, bio-construcción, plantas fito-depuradoras y huertas orgánicas”, cuenta a InfoNegocios la titular de la Fundación Pro-Eco San Miguel, la entidad que promueve el proyecto.
“Además es una comunidad barrial que provee alimentos, trabajo, cuidado para los niños y ancianos, y el respaldo de un grupo humano solidario”, agrega.
La primera etapa del proyecto utiliza la mitad de esas 15 hectáreas y de ellas 3,5 quedarán para esparcimiento y microemprendimientos, como una huerta orgánica. Por ahora sólo se lotearon 38 lotes de entre 900 y 1400 metros, de los cuales sólo quedan siete. ¿El precio? 90 pesos el metro cuadrado.
“La mayoría de los compradores son personas de mediana edad que viven en Córdoba y que buscan una mejor calidad de vida, pero que mantienen sus trabajos en la capital”, señala Donato.
Y aclara: “El proceso busca adapatarse al terreno y construir con los materiales propios de la zona, como piedra, tierra y arena. A diferencia de las viviendas tradicionales, que se construyen sobre la base de un cuadrado, estas se realizan en base a un octógono para aprovechar la luz solar y con techos en forma de cúpula de madera y caña”.
Donato coordina el área constructiva del ecobarrio, cuyo proyecto también tiene planeada una ecofábrica para “industrializar” los materiales utilizados para la construcción.
Aunque esta iniciativa estuvo a punto de ser financiada por capitales europeos, esos fondos se cayeron y la ecofábrica está parada. “Sin alguien que quiera invertir en una línea de negocios sobre las partes necesarias para una construcción ecológica, será difícil que este proyecto se haga masivo. Es una lástima porque si en las ferreterías sólo venden hierros y cemento, la gente seguirá comprando estos productos, no pudiendo elegir otra forma de construcción”, sostiene Donato.
Guillermo López
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