Trabajo en equipo, comunicación, flexibilidad, capacidad de resolución y organización; estas son las competencias blandas o “soft skills” que conforman la lista de las competencias clave del momento. Se tratan de habilidades estrechamente relacionadas a la inteligencia emocional, ya que son rasgos de personalidad, habilidades socioemocionales, de lenguaje y hábitos que dan forma a los vínculos que las personas tienen entre sí.
Desde lo laboral esto incide en la capacidad de interactuar con colegas, jefes y clientes de una manera idónea y a su vez se complementan con las habilidades duras, o sea, las exigencias técnicas para desarrollar una tarea determinada.
Más importantes de lo que uno cree
Si bien este tipo de habilidades nunca dejaron de ser importantes en lo laboral, hoy más que nunca cobran más protagonismo debido al mundo contemporáneo. Hiperconectividad e interdependencia, la comunicación y la posibilidad de relacionarse con todos los estratos de la organización son fundamentales para la salud tanto de la empresa como de sus trabajadores, ya que una buena relación hace que no haya errores de entendimiento y que se genere un buen ecosistema de trabajo.
“Si bien las competencias duras y conocimientos técnicos y digitales seguirán siendo demandados por las organizaciones, las habilidades blandas están cobrando cada vez mayor relevancia en los procesos de reclutamiento, al punto que muchas de las empresas están dejando de darle tanta relevancia al número de diplomas con los que cuenta un candidato, para fijarse más en su bagaje de competencias socioemocionales y de comunicación”, afirmó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay.
Entonces, ¿qué se espera hoy de un candidato?
1. Trabajo en equipo
Hoy en día los trabajos son interdependientes, por lo que siempre es de vital importancia la relación con los demás. Al tener cada vez estructuras más planas, las organizaciones destacan la importancia de trabajar en forma colaborativa, sin importar el cargo. Buena predisposición para un proyecto en común, responsabilidad, generar relaciones de confianza, respeto y compromiso son algunas de las actitudes ideales para desenvolverse en un entorno grupal.
2. Habilidad de comunicación
Un factor fundamental que toda empresa busca a la hora de reclutar gente. Poder entender, entenderse y desarrollar relaciones interpersonales en un mundo abarrotado de información -y lo laboral no escapa de ello- resulta muy atractivo y útil en el manejo de la comunicación interna de la compañía.
Una comunicación efectiva resulta clave para poder tener un buen relacionamiento con jefes, colegas y colaboradores, escuchando, siendo honesto, abierto, empático y respetuoso con el otro. También se relaciona con la capacidad de hablar en público y presentar ideas y proyectos frente a una audiencia.
3. Flexibilidad y adaptación al cambio
Como una constante, desde finales de la década del ‘90 los cambios en el entorno económico global cada vez son más veloces, lo que da mucha incertidumbre de cara a futuro, dado la rapidez e imprevisibilidad con que algunas situaciones se dan (véase el Coronavirus). Por eso esta es una gran habilidad que cualquier experto en RR.HH toma como prioridad cuando de contratar gente hablamos. La capacidad de adaptación a los cambios e imprevistos en un candidato es algo más que tentador para las empresas, ya que un empleado que pueda amoldarse de manera camaleónica a distintas situaciones y puestos de trabajo otorga una estabilidad en la organización (por así decirlo), a su vez que la persona se integra de manera armónica en distintos proyectos y equipos de trabajo.
4. Capacidad de resolución y creatividad
Una competencia netamente humana que aplicada al rango laboral se traduce en la persona que es capaz de comprender los objetivos de la organización y actuar en base a los mismos, con rapidez y convicción.
Son personas seguras de sí mismas, enfocadas, con capacidad de análisis y de acción, donde la creatividad para encontrar soluciones alternativas juega un rol importante también. Tanto la capacidad de resolución como la creatividad son cualidades que están en el ADN de los buenos líderes, esos que se destacan del resto y saben cómo guiar a su equipo y motivarlo para alcanzar ese plus que hace la diferencia.
5. Organización y gestión del tiempo
Los ámbitos de trabajo son cada vez más demandantes en relación a la productividad y la eficiencia. La planificación, los indicadores de performance y los objetivos de gestión son ese mantra que guía la mayoría de los procesos en las organizaciones. Es en este contexto que la capacidad de administrar el tiempo eficientemente es una de las habilidades más buscadas en los profesionales.
Al estar asociados a valores como la responsabilidad y el compromiso, estos factores se ven reflejados en actitudes y comportamientos como la puntualidad, la entrega a tiempo de tareas y el cumplimiento de los compromisos. Se trata de una competencia que influye particularmente en el funcionamiento general de la organización y adquiere mayor relevancia en un contexto en el que los ámbitos de trabajo abiertos y horizontales, así como la naturaleza multi-tasking del trabajo actual, pueden generar distracciones que alteren la performance de los colaboradores.
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