El fenómeno laboral actual ha sentado numerosos desafíos a las empresas, no solo desde el punto de vista de su reputación, sino de adaptarse a un mercado laboral más cambiante y flexible.
Ante esta problemática surge el llamado Outplacement, una herramienta destinada a acompañar a los talentos en su retirada laboral de la empresa -sea por el motivo que fuere- para que el colaborador pueda reencausar su experiencia y gustos para encontrar nuevas oportunidades laborales.
Deborah Vargas de LHH Argentina fue quien dio cátedra en la sede que Poncio tiene en la zona norte de la ciudad, donde mostró las ventajas de tener este tipo de programas aptos para toda empresa o pyme, donde el 78% de los colaboradores que aplican al programa consiguieron empleo a nivel mundial.
El mismo cuenta con programas personalizados, que van de un mes a un año dependiendo del colaborador, seguimiento, gestión de planes, capacitaciones grupales e individuales y el seguimiento pos-reinserción para corroborar que la salida haya sido exitosa tanto para la empresa, como para la persona.
“El Outplacement viene de hace muchísimos años, pero sí ha cambiado a lo largo de este tiempo, aggiornándose a las necesidades que tienen las organizaciones, que cada vez son más, y ahora es un servicio mucho más completo, más integral, que arranca desde la notificación de salida de las personas, asistiendo a las personas que tienen que dar esta notificación. Acompañamos a las personas a transitar estos momentos de cambio -que muchas veces son empezar a descubrir nuevas posibilidades laborales que se abren-", cuenta Déborah Vargas, gerente de Transiciones de LHH Argentina, y agrega: “La gente que sale de una relación de dependencia, quizás no está buscando lo mismo, está buscando un emprendimiento, un servicio de consultoría, o está cerca de su edad jubilatoria y quiere hacer un programa de jubilación activa, con todo lo que eso trae acarreado, con lo cual los programas se adaptan a las necesidades de la persona y no hay un programa de transiciones de carrera igual a otro, son programas muy artesanales, con la idea de poder cubrir las necesidades de cada una de las personas hasta una reinserción exitosa. Los programas incluyen un proceso individual y también procesos grupales, donde hay grupos de productividad, donde la gente interactúa con otras personas que están transitando el mismo proceso, que pueden llegar a tener ciertas afinidades en cuanto a lo laboral y a lo profesional o no, y eso es lo lindo y lo rico, que uno no está solo, uno no lo está haciendo de manera individual”.
Al respecto, Martín Poncio, al timón de la consultora, dijo: “Cuando un proceso tiene cabeza, está bien trabajado, hay una gran empresa por detrás, tiene herramientas concretas para acompañarte en cada etapa de esa transición y el éxito está casi asegurado. El tema es que hoy pasa lo que pasa, que la gente se va de una empresa de una forma o de otra y lo cierto es que mientras estuvo adentro perdió el músculo de cómo buscar trabajo, de cómo desarrollar un proyecto, perdió el músculo porque se debilitó, porque estaba pensando en otras cosas, en su trabajo, en lo que tenía que hacer. Entonces definitivamente va a necesitar ayuda cuando salga de nuevo, porque se va a encontrar con un mercado que es distinto al que tenía antes. Si la persona estuvo 3, 4, 5 años dentro de una empresa, cuando sale el mundo es otro, cada 5 años el mundo es otro. Entonces definitivamente tener el respaldo de un proceso certificado como este, ayuda a que las cosas pasen y pasen bien”.
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