¿Hay lugar en este mundo para otros mundos? A veces, sí. Y esa parece ser la idea de El Montecito: crear un micromundo. Se trata del único parque recreativo en el departamento Río Segundo. El lugar, a solo diez minutos de la plaza central de Pilar (Ruta 13, km 4, detrás de la usina), es mágico.
A poco de adentrarse en El Montecito se revela uno de sus secretos: desconectar de la tecnología y reconectar con la naturaleza. El espacio invita a volver a la respiración profunda.
Los visitantes se pueden sentar bajo la sombra de espinillos, chañares, talas y otros árboles autóctonos, mientras escuchan el canto de horneros, carpinteros, cardenales y zorzales. Y todo a solo 300 metros del río Xanaes.
La propuesta incluye juegos tradicionales y populares para niños, distintos a los que están habituados día a día. “Los juegos tradicionales son una excelente manera de alentar los lazos sociales y de estimular la creatividad”, dice Ezequiel Laros, dueño junto a Noel Berselli de El Montecito.
¿Qué tipos de juegos hay? Todos son muy sencillos. Una casita de madera, hamacas, tela, subibaja invertido, un arenero lleno de herramientas, juegos de mesa, zancos, juegos de puntería con pelotas de trapo lanzadas desde una gran gomera, un circuito de cubiertas sujetados a una soga y hasta un pesca magic, un monkey loco y un jenga gigantes. También tiene cancha de fútbol.
“Los niños se la pasan jugando y los grandes no tardan en sumarse”, revela Noel.
“El Montecito es muchas cosas, pero si se pudiera encasillar diría que es un lugar que ayuda a promover y a concientizar sobre la importancia del bosque autóctono, todo mientras se divierten”, señalan a InfoNegocios.
Aire libre y quincho con estufa a leña
El lugar, de casi una hectárea, tiene un quincho cubierto de unos 100 metros cuadrados. La zona cuenta con asador y un horno de barro entre los árboles. También con cocina y baños.
El espacio, dicen sus dueños, está en constante expansión. “Los que vuelven se van a encontrar siempre con cosas nuevas”, aseguran Ezequiel y Noel. Y añaden que se usa para múltiples actividades. “Se puede alquilar para festejar cumpleaños, reuniones familiares o actividades escolares o institucionales”, explican.
Sobre la impresión que dejan en los clientes, Ezequiel no se guarda nada: “Se van fascinados. La sensación que tienen, según nos dicen, es que no hay otro lugar como este”. Y tiene razón.
Juego, arte y naturaleza
El Montecito acaba de lanzar un taller de juego, arte y naturaleza, orientado a niñas y niños de 6 a 13 años.
“La idea es que aprendan jugando. Habrá momentos de exploración, aventura, supervivencia y colaboración. Y todo en un entorno natural”, dicen.
Está previsto que comience más o menos en 30 días. “La idea es hacerlo una vez a la semana, en dos turnos distintos. Habrá un profesor de educación física a cargo”, señalan.
Tu opinión enriquece este artículo:
beatriz vercelli :
El montecito es transportarse a un cuento , vivir la infancia que hoy no se vive, mucha naturaleza , pájaros, juegos, el montecito es sinónimo de INFANCIA FELIZ
Sergio Anibal Lopez :
He tenido la suerte de conocer el lugar, en donde verdaderamente nos encontramos con algo que ya parecía extinto, "La naturaleza", si, es así, vivir en la vorágine actual nos ha privado de la naturaleza, que por suerte podemos encontrarla y reencontrarla en este lugar, que cuenta con un follaje natural excepcional, juegos que creía extintos, (no digitales, no virtuales), sino naturales, antiguos, y que no dañan el cerebro de nuestro hijos, (ni los nuestros), cabe acotar que uno se ve tentado de jugar alli, por lo que recomiendo absolutamente que lleven a sus niños, (y vallan ustedes adultos), a este lugar, y verán que nuestro hijos tienen otras cosas para divertirse, y ustedes padres, verán como se enciende esa parte de su infancia que creyeron haber perdido en el baul de sus recuerdos.<br /> La atención de sus dueños también va acorde a las expectativas de quienes van al lugar, gente muy sana, servicial y atenta.<br /> "100 % recomendable"