Que la tarjeta, que marcar el numero y esperar esos considerables minutos para escanear, mandar y recibir documentos era un ritual típico de las oficinas durante la última década del siglo XX y hasta entrado el siglo XXI, con el fax siendo un instrumento clave en la comunicación y envío de grandes documentos en larga distancia.
Con el advenimiento de la banda ancha, mejores PCs y la digitalización como norma, el fax quedó en los anaqueles del olvido junto a los casettes y otras formas analógicas. Pero cual ave fénix, este tipo de sistema ha resurgido entre las cenizas del ayer con un nuevo formato: el e-fax, es decir, la capacidad de escanear documentos desde el teléfono o impresa multifunción y enviarlos directamente en PDF a la bandeja de entrada del destinatario, de manera segura.
Pero ¿para qué?
Es la pregunta que muchos se harán y la respuesta es sencilla: los documentos clasificados. Y es que, a mayor digitalización, mas propensa es la probabilidad de ataques cibernéticos, por lo que el buen papel demuestra una vez más su vigencia.
Desde grandes empresas hasta entidades gubernamentales alrededor del mundo son algunos de los usuarios de este tipo de tecnología para comunicaciones internas y externas.
Empresas como Retarus son algunas de las que ofrecen un servicio de Fax en pleno 2022 y que -a priori- no parece claudicar ante las mieles de la digitalización o la nube.
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