Aunque la idea de crear pulseras amigables con el medio ambiente fue de un japonés que en 2002 patentó las Silly Bandz, el negocio recién explotó en 2009 y tardó un año en llegar a la Argentina.
Tomando el producto y concepto de negocio, las Crazy Bands llegan a la Argentina de la mano de Importadora Sudamericana, aunque hay muchas otras empresas y particulares que importan productos sustitutos o similares.
“Vimos el furor que provocó en Estados Unidos y decidimos importar este producto desde China. Tenemos varios modelos y trabajamos con silicona, porque así las pulseritas siempre vuelven a su forma original y no se rompen, como sucede con algunos productos similares que son de goma”, explica Julieta Jagodnik, del área de marketing de la Importadora.
Las Crazy Bands se comercializan en locales de Open 25, Farmacity, quioscos y algunos supermercados en packs de 12 unidades a un precio sugerido de $ 7 (acaban de lanzar un nuevo pack -más consistente- que ronda los $ 9).
El loco negocio de las Crazy Bands: más de 1.000.000 de banditas vendidas
Si te fijás bien, hasta la mismísima Shakira las lleva puestas en la foto de su último disco, pero seguramente ya las viste en las muñecas de tus hijos, sobrinos y hasta de algún adolescente tardío. Son las Crazy Bands, un negocio insólito que llegó a la Argentina y que en sólo cuatro meses implicó -para su importador oficial- un volumen de negocio superior a los $ 500.000 y más de 800.000 unidades vendidas.
(Más sobre este negocio loco en nota completa).
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