Sin saber que en 2020 vendría una pandemia que afectaría -hasta ayer- a más de 1.300.000 personas (y dejaría sin vida a más de 70.000) y que cambiaría nuestra vida cotidiana, la filial local del grupo español Konecta comenzó a hacer pruebas de “home working” el año pasado.
Una de esas pruebas tenía como objetivo evaluar la posibilidad de que el personal del “staff” (áreas soporte como comunicación, marketing, comercial, entre otras) gocen del beneficio de trabajar 2 días a la semana desde su casa.
Además y ante paros de transporte y otros inconvenientes habituales en Argentina, empezaron a probar la modalidad del trabajo remoto, lo que les permitió reducir a cero el ausentismo, que en los días de paro ronda el 50%.
Este año seguirían las pruebas, pero no a la escala a la que finalmente los llevó la cuarentena.
“El 16 de marzo empezamos a loguear a gente en home working, hicimos un relevamiento para conocer el personal que no tenía computadora y distribuimos las PC que teníamos en las oficinas luego de la firma de un proceso donde el empleado acepta la modalidad teletrabajo y todo el equipamiento completo en condiciones”, explica Iván Moreno, CEO de Konecta Argentina.
Además de la infraestructura con la que ya cuenta, Konecta invirtió cerca de $ 25 millones en más de 1.500 computadoras, servidores (para mejorar el acceso y reducir la vulnerabilidad), licencias para hacer un escritorio virtual, 1.000 chips y planes de los servicios de telefonía.
Todo eso permitió que 5.500, de los 6.300 colaboradores que la empresa tiene, estén logueados y trabajando desde sus viviendas. En Córdoba el promedio de empleados que está haciendo “home office” alcanza el 95%. “Debemos ser uno de los pocos sectores que ha logrado semejante transformación en tan poco tiempo”, remarca el CEO .
Para la contención de sus empleados, en cuanto al acceso de los sistemas, reforzaron las vías de comunicación interna y pusieron a disposición a Kony, el bot interno de la compañía para la configuración de pc y formatos de virtualización.
Más del 25% de las gestiones de la empresa eran digitales (consultas que no “entran” a través de un teléfono si no de redes sociales). Esto favoreció la rápida migración al “home working”.
“El problema que no podemos resolver al día de hoy, que representa el porcentaje de personas que no están conectados, es el caso de los no tienen acceso a internet o su compañía de telefonía no llega con buena señal al domicilio”, señala Moreno.
-Teniendo en cuenta la inversión que hicieron y la adaptación ¿creés que a futuro se van a replantear la forma de trabajar?
-“Sí, no tengo dudas. Creo que no va a ser tan rápido. Hoy estamos en una crisis y todo es válido para dar un servicio que sí es esencial”.
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