En 30 años algo puede cambiar mucho... o muy poco (¿se cristalizó la innovación en la industria automotriz?)
Cuando uno ve los "concept cars" de muchas empresas se ilusiona con que -algún día- la industria automotriz retomará en serio -y en serie- la innovación. Pero no: hace 30 años que los autos son más o menos iguales y a las pruebas nos remitimos en un lindo cuadrito comparativo que podés ver en la nota completa.
En efecto, un BMW no sólo triplicó su precio en tres décadas, sino que apenas agregó algunos aspectos de seguridad.
En el otro extremo, en 30 años una computadora portátil pasó de pesar 11 kilos a menos de 1 kilo, multiplicó varias veces sus funciones y potencia de procesamiento, cambió una línea de 52 caracteres monocromática a video con millones de colores y -¡cómo si todo esto fuera poco!- redujo a la mitad su precio.
Cuando uno ve los "concept cars" de muchas empresas se ilusiona con que -algún día- la industria automotriz retomará en serio -y en serie- la innovación. Pero no: hace 30 años que los autos son más o menos iguales y a las pruebas nos remitimos en un lindo cuadrito comparativo que podés ver en la nota completa.
En efecto, un BMW no sólo triplicó su precio en tres décadas, sino que apenas agregó algunos aspectos de seguridad.
En el otro extremo, en 30 años una computadora portátil pasó de pesar 11 kilos a menos de 1 kilo, multiplicó varias veces sus funciones y potencia de procesamiento, cambió una línea de 52 caracteres monocromática a video con millones de colores y -¡cómo si todo esto fuera poco!- redujo a la mitad su precio.