Ya había sido anunciado. El intendente de Córdoba Martín Llaryora aprovecharía el respaldo político de la Provincia para realizar transformaciones contundentes en la Municipalidad. Sus alfiles, durante la transición, anticiparon parte de ese plan que invitaría a la comisión directiva del Suoem a ensayar una respuesta en un contexto totalmente diferente al acostumbrado. Las contrataciones y la paritaria indexada serían revisadas en el contexto de emergencia.
Así fue. Antes del Año Nuevo el sindicato comandado por Beatriz Biolatto recibió una pésima noticia: peligra el pago de las dos últimas cuotas del aumento salarial acordado con Ramón Mestre y se procedió a la cancelación de contratos por artículo 8 y el sistema de becas municipal.
Llaryora anticipó su jugada. Pegaría la continuidad laboral del grupo de agentes desvinculado a la discusión salarial. La populosa planta municipal y el gasto que genera son siameses que comparten órganos centrales. Para separarlos, se requiere de una intervención quirúrgica de las pretensiones.
Ejecutivo y sindicato deberán hacer concesiones. Quizás por eso comenzó con condimentos extra la jordana en la que debutaría la mesa de diálogo para resolver las tensiones de la semana pasada por los anuncios y contratos caídos. Si bien miembros del Suoem habían comunicado que los empleados despedidos volverían a trabajar el jueves 2 de enero, los reclamos en masa que recibieron los sindicalistas trazaron un panorama de desconcierto.
Al mediodía, sumaban 339 los reclamos de empleados artículo 8 que recibieron la notificación del cese de la relación laboral y que no pudieron marcar tarjeta. Las listas de becarios que corrieron igual suerte eran difusas.
Con este condicionamiento, arrancó a las 10 de la mañana de ayer la primera reunión encabezada por la secretaria General del municipio, Verónica Bruera, y el Suoem. La ronda de diálogo no arrojó mayores resultados y continuó a las 15.30. Los delegados esperaban precisiones para reunirse y debatir las medidas a tomar. El convite fue trasladado a primera hora de este viernes.
La comisión directiva dará información sobre el futuro de los contratados y sobre la paritaria vigente. La penúltima cuota se cobrará conforme al conograma establecido, pero trascendió que la última podría pagarse de manera diferida.
Llaryora aprovecha el crédito social y el respaldo político del peronismo para mostrarse fuerte ante un gremio que hizo gala de su cogobierno. Sabe que de esta pulseada sentará las bases para peleas mayores como lo es la descentralización de los servicios.
Fue promesa de campaña, la misma que las de sus antecesores. Pero la experiencia enseña que el Suoem se las ha ingeniado para frenar un proyecto que desde que el radical Rubén Martí lo materializó con los CPC no conoció mayores avances.
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