El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, llega hoy como principal favorito a la elección de presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, que se llevará a cabo en la tradicional sede partidaria de calle Alsina, en Buenos Aires.
El cálculo realizado por los que conocen las posiciones de los delegados de las provincias, establece que de los 94 que estarían en condiciones de votar, 61 ya habrían adelantado su respaldo a Morales, por lo que las aspiraciones del porteño Martín Lousteau son muy débiles, y alcanzan a ocupar cargos en el protocolo de autoridades del Comité Nacional. El Comité Nacional de la UCR cuenta con un presidente, tres vicepresidentes, un secretario general y trece secretarios. El actual presidente es el mendocino Alfredo Cornejo, quien ha trabajado por lograr la unidad entre los sectores en pugna.
Después de la ruidosa división del bloque de diputados nacionales de la UCR, que tuvo como principales protagonistas a los radicales por Córdoba Mario Negri y Rodrigo de Loredo, un objetivo razonable para la elección de hoy es que no se produzcan situaciones escandalosas. La última vez que Morales y Lousteau se reunieron estuvieron a punto de tomarse a golpes, en una escena violenta a la que no le faltaron vasos voladores.
Incluso algunas versiones indican que el sector de Lousteau podría impugnar judicialmente a algunos delegados, aunque las negociaciones de las últimas horas apuntaban a evitar esos inconvenientes, que solo darían peor prensa a la UCR.
Cada provincia normalizada lleva cuatro delegados, y los de Córdoba son Ramón Mestre, Sofía Aguad, Luis Caronni y Elina Etchart. Estos cuatro delegados surgieron de la interna realizada en marzo, en la cual las alianzas Convergencia (Mario Negri, Ramón Mestre, Dante Rossi y Sergio Piguillem) y Sumar (De Loredo, Javier Bee Sellares, Javier Fabre, Miguel Nicolás y Marcos Ferrer) obtuvieron dos cada uno.
La elección fue ganada por una diferencia mínima por Convergencia (52 a 48 por ciento), que trató a través de la Junta Electoral partidaria de quedarse con tres de los cuatro delegados, lo que el juez federal Ricardo Bustos Fierro ordenó modificar por un reparto de partes iguales, ya que así lo mandaba el sistema proporcional. Luego, la Cámara Nacional Electoral confirmó ese criterio aunque cambió el orden de los delegados electos, quedando finalmente el cuarteto señalado.
Mestre se representa a sí mismo, claro. Caronni llegó por el negrismo, y Aguad y Etchart juegan para De Loredo.
Si bien ayer nadie quería blanquear sus anhelos, trascendió que Mestre pretendería la secretaría general, un cargo importante en la estructura partidaria que le daría juego a nivel nacional al ex intendente de Córdoba. Los mestristas aseguran que Morales ya tomó el compromiso de ubicar allí a Mestre, si bien es prudente esperar la evolución de las negociaciones, que en el radicalismo son intensas hasta último momento. Negri apoya a Morales y Caronni pondrá allí su voto, aunque no se menciona, por ahora, que el villamariense se siente en alguna silla expectante del Comité Nacional. Para Negri, la victoria de Morales y la consiguiente derrota de Nosiglia/Lousteau/De Loredo sería un motivo para festejar a fin de un año que fue muy complicado para él.
Si el grupo de Lousteau, que apadrina Enrique Nosiglia, consigue espacios en la distribución del poder interno de la UCR, y ocurriría eso salvo que el partido se encamine a otro caos, el deloredismo intentaría ubicar a Aguad o a Etchart en algunas de las secretarías, lo cual se vería facilitado por la imposición del demagógico cupo femenino.
Los deloredistas consideran que debe respetarse el impacto territorial de las victorias más importantes del radicalismo. Eso implica que la provincia de Córdoba debe estar representada en los cargos más destacados del Comité Nacional, y naturalmente consideran que ese privilegio corresponde a algunas de sus dirigentes.
Actualmente, Córdoba tiene como miembro del Comité Nacional a la mestrista Soledad Carrizo, quien se desempeña como vicepresidente 3°.
Tu opinión enriquece este artículo: